Manílder salió de su casa dando un portazo y maldiciendo el día que decidió contraer matrimonio con Ebaridia, una ruda y gruesa mujer sylviliana nacida en la isla de Urutlandia. Tras más de veinte años de matrimonio, aún conseguía sacar a flor de piel los pocos nervios que el buen Mánil, como le llamaban sus amigos de taberna, escondía en su interior. Ella nunca lo escuchaba y siempre le llevaba la contraria. Jamás participaba en sus iniciativas y se mofaba de sus ideas, a las que solía llamar: estúpidos planes de un pobre hombre sin imaginación. Manílder sólo demandaba una pizca de apoyo, de comprensión, un destello de aprobación en los ojos de su mujer que lo hiciera sentirse útil y valorado. Pero no, eso sería pedir demasiado a Ebaridia, la egoísta más ingente de todo el reino de Sylvilia. Un ser capaz de exigir lo que ella nunca haría, de pedir sin conceder, de ordenar sin ceder, de… Y lo peor de todo es que Mánil estaba enamorado de ella desde el día en que se conocieron. A sus cuarenta y cinco años no concebía poder vivir un día sin ella, quizás por eso su enfado y su frustración eran mayores.
Manílder se subió el cuello de su blusa,
metió las manos en los bolsillos de su pantalón y emprendió con paso decidido
el camino hacia una pequeña colina situada en la parte trasera de su casa. El
mismo trayecto que realizaba una y otra vez cuando discutía con su esposa. La
misma escena repetida día tras día, un grito, un portazo que suena a despedida,
un largo paseo melancólico hasta lo alto de aquel cerro y un regreso impregnado de resignación.
Pero ese día fue
diferente. Mánil llegó a lo alto de
la colina y no dio la vuelta. Se mantuvo unos instantes mirando al otro lado,
hacia el Bosque de las Melodías, y algo
en su interior lo empujó a avanzar hasta allí. - ¿Por qué no?-, pensó el enjuto
sylviliano, y prosiguió su caminar con la mente ocupada en planificar futuros
proyectos que su mujer condenaría al ostracismo una vez más.
Y divagando
entre fantasías llegó al linde de la inmensa arboleda. Manílder se paró, miró
hacia arriba y quedó impresionado por la altura y majestuosidad de aquellos
árboles. Era la segunda vez en su vida que se acercaba a los límites del Bosque de las Melodías. La primera fue
de niño, y aún le duele el trasero cuando recuerda la azotaina que le propinó
su madre cuando se enteró. Todos los habitantes del reino del viento sabían y
conocían las historias y leyendas sobre aquel bosque, las desapariciones de
infinidad de viajeros y cómo se tragaba a los vecinos de las cercanías que osaban
cruzarlo. Aunque el bueno de Mánil
siempre pensó que sólo eran excusas utilizadas por quiénes querían desaparecer
y cambiar de vida… Desaparecer y cambiar de vida… ¿Y qué sería de Ebaridia si él no estuviera? ¿De qué viviría?
¿Cómo saldría adelante?...
Empezaba a
anochecer y Mánil se disponía a dar
media vuelta cuando unos gritos procedentes del interior del bosque llamaron su
atención. Alguien parecía estar en peligro y pedía auxilio. Mantuvo la
respiración agudizando su oído para escuchar cualquier sonido que llegara desde
lo más profundo de aquella arboleda. Sin ser consciente de sus movimientos, el
despistado sylviliano se adentró en el bosque. De repente, y como salida desde
el mismísimo suelo, una dulce melodía comenzó a sonar envolviéndolo y transportándolo
muy lejos de allí. La música circulaba por las venas de Manílder, haciéndolo flotar en un mar de armonía y tranquilidad.
Aquellas tonalidades eran hermosas y alejaban cualquier asomo de preocupación o
tristeza de la mente de Mánil.
- Algo tan hermoso
no puede hacerme daño-, pensó el sylviliano, así que decidió sentarse unos
instantes con la espalda apoyada sobre el tronco de un árbol para disfrutar de
aquella melodía tan cautivadora.
El sol dejó
paso al imperio de la noche y la luna lució mágica en el firmamento. Las
estrellas poblaron el cielo recreando destellos al compás de la preciosa música
que seguía sonando en aquel bosque sylviliano.
Los
días pasaron y muy cerca, al otro lado de la colina, una mujer ruda y egoísta esperaba
furiosa en la puerta el regreso del enjuto marido con el que jamás volvería a
discutir…
Mi querido y respetado escribiente.Cuantos hombres no desearían un bosque de la melodía para desaparecer y cambiar de vida.Sería la cuartada perfecta.Muy buena historia.
ResponderEliminarSaludos templarios desde Valencia
Jejeje, no te negaré que lo he pensado, Richard.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Un saludo
En ese bosque metía yo a los jugadores de Brasil a ver si desaparecia alguno y dejaban de machacarnos. Un relato muy entretenido y misterioso.
ResponderEliminarSaludos
Supongo que te refieres al partido del pasado domingo. Sí, yo también trasnoché para verlo y también terminé frustradísimo.
EliminarMe alegra que te haya gustado el relato, Nacho.
Un saludo
Una historia inquietante y fantástica. Me ha gustado mucho y me queda la duda de si el hombre huye y cambia de vida o se lo traga el bosque.
ResponderEliminarUn beso
No seré yo quien te resuelva esa duda, Lucía. Lo dejo a tu interpretación e imaginación.
EliminarGracias por pasarte por aquí y pararte a leer y comentar los relatos.
Un beso
Vuelves a conectar perfectamente con el lector a través de esta historia en la que consigues que captemos el sufrimiento de Mánil y compartamos con él la lucha interior que le llevará a tomar la decisión de marcharse. Por que yo lo interpreto así, que se escapa renunciando a su vida
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias por tu comentario, Verónica.
EliminarSi hacemos caso al contenido del relato y lo entrelazamos con el título del mismo, es fácil llegar a la conclusión sobre qué es lo que le sucede al buen sylviliano.
Un beso
Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra mucho que te haya gustado y que sigas semana a semana pasándote por aquí.
EliminarUn abrazo
Pero ¿qué ha pasado? ¿se ha muerto? ¿se ha dormido para siempre? ¿y quién pedía auxilio? ¿y qué son esos ojos que me miran desde el interior de los árboles? *-* por dios contesta! jajaja
ResponderEliminarme encanta el dibujo, mira que yo he intentado miles de veces hacer un paisaje nocturno, pero o mis lápices son muy luminosos, o realmente no controlo para nada la luz de mis dibujos xd.
Un saludo!!
muy bueno, sigue así
ResponderEliminarSaludo2
Gracias, Juan. Prometo intentarlo ;)
EliminarUn saludo
Vaya, ahora no sé si se ha fugado para alejarse de la mujer que tiene o por el contrario se ha quedado en el bosque. La foto me parece alucinante.
ResponderEliminarBesisss
Lo dejo a tu elección, Magali. Cualquiera de las dos opciones es válida, aunque si hacemos caso al título del relato...
EliminarLa foto es increible.
Un beso
Uy que pícaro está hecho nuestro amigo :)
ResponderEliminarYo lo inerpreto como que se ha largado lejos de esa arpía que tiene como esposa.
Muy bueno
Besos^^
Buena interpretación, Ainhoa.
EliminarGracias por tus comentarios y por seguir este blog.
Un beso
Pobre Mánil, que duro aguantar a un ser tan despreciable. Si es que las mujeres, cuando nos ponemos, nos ponemos, y si hay que hacerle la vida imposible a un hombre, en eso sabemos manejarnos a la perfección.
ResponderEliminarEl 90% de mis seguidores son mujeres, Rosa, unido a que estoy casado y tengo dos hijas, así que, por razones obvias, no pienso llevarte la contraria en lo que comentas :)
EliminarUn beso
molt bo
ResponderEliminarGracias, Roger, me alegro mucho de que te haya gustado.
Eliminarno existen los hombres tan buenos. seguro que se pasaba la vida de taberna en taberna y no ayudaba nada en casa. ya verás como vuelve con el rabo entre las piernas(obviamente) :)
ResponderEliminarEstá chulísimo
Besitos
A ver, si me conocieras en persona verías que sí existen los hombres tan buenos, jejeje (seguramente mi mujer tendría mucho que opinar al respecto ;)
EliminarMe alegra que te haya gustado, Joanna.
Un beso
:O si comenté ayer!! debajo de MRZA :( no se ha publicado?? bueno pues te expongo aquí mis questiones:
ResponderEliminar¿que le ha pasado al hombre? :( ¿se ha muerto o sólo está dormido para siempre, como la bella durmiente? Ya me imagino a la mujer con la escoba en la mano esperando el regreso de su esposo jaja. ¿y qué son esos ojos que me miran desde el interior de los árboles? ¿por qué el bosque tiene un arma defensoria tan drástica? ¿de qué se protege? en fin... preguntas y más preguntas que sólo tendrán contestación el día que me lea el libro jeje.
Seguramente comentaste y se borro al actualizarse la página. No sé por qué, desde hace unos días, cuando se entra en el blog tarda entorno a un minuto que la página cargue totalmente. Esto provoca que los comentarios o +1 o cualquier otra actividad que se desarrolla antes de que se cargue del todo queda borrada y anulada cuando se completa la carga. Ya me lo han comentado tres o cuatro personas.
EliminarEn cuanto al bueno de Mánil, pues dejo a tu imaginación decidir qué es lo que le ocurre. Si te digo la verdad, cuando escribí el relato tenía claro el futuro del hombre, pero una vez escrito se me planteo la segunda alternativa, así que, a elección del lector ;)
Lo de los ojos en los árboles es más fruto de la immaginación de Rocío, la autora del dibujo, que mía, pero reconozco que le da un toque misterioso e igual hasta lo utilizo y lo desarrollo.
Un abrazo
¿Quién no ha deseado zanjar una discusión con un portazo y dejarse llevar por un canto de sirena? En este caso falta averiguar si valió la pena dejar lo "malo conocido". ¿Qué le pasará a Mánil? Volverá o seguirá soñando?
ResponderEliminarUn beso.
Creo que si le dejaran elegir, el preferiría seguir soñando, pero, obviamente, no lo vamos a dejar decidir...
EliminarUn beso
Me ha parecido una historia formidable, facil de leer y que engancha desde el principio. Felicidadades, escribes muy bien.
ResponderEliminarBesitos
Muchísimas gracias, Belén. Anima mucho saber que lo que voy escribiendo os gusta a los lectores.
EliminarUn beso
sigues sorprendiendome con cada relato y cada vez me apetece mas que llegue el momento de tener tu libro en mis manos.
ResponderEliminarmuchos besos
Gracias, Elena. Reconforta mucho leer comentarios como el tuyo. Ya va quedando menos para que termine el primer libro de la saga.
EliminarUn beso
es un relato estupendo. enorabuena!!!!
ResponderEliminarGracias, Carlos. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn saludo
Que producía esa melodía y que gritos oyó Mani en el bosque?
ResponderEliminarHe disfrutado mucho con la lectura de esta entrada.
Un beso
El cómo se produce la melodía y de dónde provenían los gritos podrás descubrirlo con el primero de los libros, Melisa.
EliminarMe alegra que hayas disfrutado.
Un beso
ese es un cagueta que no atrebe a plantar cara a la bruja de su mujer y prefiere huir. no está mal la historia, aunque me gustó mas la anterior.
ResponderEliminarSaludos
Sí, lo cierto es que son dos relatos muy diferentes, éste y el anterior, aunque cada uno aporta su granito de arena para ir conociendo poco a poco Mundo Conocido.
EliminarGracias por seguir por aquí, Francisco.
Un saludo
Me encanta el personajes de Ebaridia. El nombre encaja a la perfección con la descripción que haces del personaje. Pobre Mánil :)
ResponderEliminarUn beso y gracias por seguir por aquí también durante el verano.
Dónde iba a estar yo en verano mejor que aquí con todos vosotros... Bueno, me rondan la cabeza un par de parajes paradisiacos, pero lo dicho, prefiero quedarme aquí ;)
EliminarUn beso
Me ha gustado mucho esta entrada. Es fantastica. Felicidades y sigue asi.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mari Cruz. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo
Siempre es emocionante encontrarse con personas cuya imaginación se desborda por todos los rincones de su mente. Escribir como tu lo haces no es fácil, pero creo que aún es mucho mas complicado crear el mundo que estás elaborando. Desde hoy tienes una nueva seguidora que ya está deseando poder leer el primero de los libros.
ResponderEliminarUna duda que me queda. ¿De todos estos relatos saldrá algo en los libros?
Un abrazo
Hola, Marga.
EliminarEncantado de poder saludarte. Es un placer tenerte como seguidora de este humilde blog.
Espero que cuando llegue el momento de que puedas tener el primero de los libros entre tus manos no quedes defraudada.
En lo referente a los relatos que aparecen en el blog, algunos desarrollan parte de una trama que asomará por los libros, y otros son totalmente independientes y no tendrán enlace con las novelas. Tan sólo ayudan a conocer los diferentes reinos.
Un abrazo
La lucha interior de un hombre con el corazón encadenado fuera de toda lógica, un bosque cargado de misterio y un final abierto... me encanta!!!
ResponderEliminarImposible describir mejor los entresijos del relato, Conchi.
EliminarA mi me encanta que te encante :)
Una semana mas he disfrutado mucho y una semana mas espero impaciente el siguiente
ResponderEliminarY yo, una semana más, no puedo más que celebrar que sigas fiel a este blog.
EliminarUn abrazo
no termino de entender la relacion entre el titulo y el desarrollo de la historia porque se supone que el hombre muere en el bosque ¿no?
ResponderEliminarme ha gustado
Saludosss
El final es abierto y es fácil llegar a dos finales bien distintos. Por un lado es posible que lo que ha hecho Mánil sea utilizar las leyendas sobre el bosque como coartada para desaparecer y cambiar de vida. Por otro lado es probable que la magia que esconde el Bosque de las Melodías lo haya atrapado para siempre. Cualquiera de las dos opciones significaría que no volvería a convivir con el ogro de su mujer, por lo tanto de una forma u otra quedará "libre" ;)
EliminarUn saludo
Es un relato precioso, Miguel. Me ha encantado leerlo.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias por tus palabras, Teresa. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn beso
Bravísimo!!!!
ResponderEliminarCada día me tienes mas enganchado a tus historias. Espero que sigas en verano.
Un abrazo
Por supuesto que continuaré durante los meses de verano. De hecho, es ahora cuando más horas dedico a escribir, tanto el libro como los relatos del blog.
EliminarUn abrazo y gracias por seguir por aquí.
escribes muy bien y es un placer poder leerte todas las semanas.
ResponderEliminarBesos
El placer es mío, Valeria, al saber que me lees todas las semanas y que te gusta lo que escribo.
EliminarUn beso
Me encanta el relato y la forma de combinar las imágenes con el texto.
ResponderEliminarUn beso.
Muchísimas gracias.
EliminarMe alegra mucho saber que te ha gustado.
Un beso