Alietne despertó sobresaltada por la terrorífica calma que lo envolvía todo. No se escuchaba nada en su habitación. Silencio era lo único que captaban sus oídos. Se levantó de un salto y corrió hacia la ventana, abriéndola de par en par. Al asomar la cabeza, una sensación de abandono absoluto la dominó. ¿Quizás había perdido la capacidad de oir lo que ocurría a su alrededor? ¿Una enfermedad súbita había taponado sus oídos dejándola sumida en la soledad del silencio?
Mientras esos oscuros pensamientos
se adueñaban de su cabeza, más ventanas se abrieron en las casas colindantes.
No era la única que lo había percibido. Las caras de sus vecinos mostraban la
misma perplejidad que su rostro desvelaba. Alietne
se colocó unas sencillas zapatillas de piel de oveja y una capa y bajó las
escaleras lo más rápido que sus debilitadas piernas le permitieron.
Abrió la puerta esperando que todo hubiera
sido una horrible pesadilla. En sus casi cinco décadas de vida nunca había
sentido nada parecido. El viento siempre la había acompañado, convirtiéndose en
la melodía que guiaba su caminar por los senderos de la existencia. Era el amo
y señor de Sylvilia por encima de
hombres, animales y otros fenómenos de la naturaleza. En las mejores estaciones del año, soplaba
suavemente, guiado por los espíritus que lo crean y que hacen que suene como
una nana que alegra el alma. En el ciclo solar inferior se transformaba en un
ruido atronador que les obligaba a utilizar tapones para no volverse locos.
Jamás el viento había dejado de
soplar en el reino. Al menos, no desde el Segundo
Comienzo, desde que escribas y aedos recopilaban en sus libros y canciones
cada segundo de lo acontecido en Sylvilia.
Los vecinos iban formando corrillos
en torno a Alietne. Nadie sabía qué
ocurría. No eran capaces de entender cómo el aire había detenido su eterno
deambular. En lo que sí coincidían era en que aquello no podía ser bueno.
-¿Cómo funcionarán los molinos que
nos permiten tener harina para hacer pan y otros alimentos?-, preguntaba una
anciana.
-¿Cómo secaremos nuestras ropas y
viajaremos de un lugar a otro sin su fuerza?, dijo por respuesta un joven con
el que solía coincidir en el mercado.
-¿Cómo moveremos el agua para que
llegue a nuestras casas?-, inquirió una chica de rubias trenzas.
La desesperación comenzó a hacer mella en los lugareños. Eran gentes acostumbradas a vivir con el viento como aliado desde que nacían. Era el aire el que movía sus cunas y el que, mediante unos complicados utensilios creados generaciones atrás, se ocupaba de avivar el fuego y mantenerlos calientes cuando las llamas amenazaban con extinguirse. En su infancia, los pequeños tornados marcaban sus juegos, meciendo los asientos colgantes que sus padres les construían en los árboles y empujándoles por sinuosos toboganes. Y ya de adultos, era el viento el que movía sus medios de transporte y cada una de las maquinarias que habían ideado para hacer más sencillas sus vidas.
La desesperación comenzó a hacer mella en los lugareños. Eran gentes acostumbradas a vivir con el viento como aliado desde que nacían. Era el aire el que movía sus cunas y el que, mediante unos complicados utensilios creados generaciones atrás, se ocupaba de avivar el fuego y mantenerlos calientes cuando las llamas amenazaban con extinguirse. En su infancia, los pequeños tornados marcaban sus juegos, meciendo los asientos colgantes que sus padres les construían en los árboles y empujándoles por sinuosos toboganes. Y ya de adultos, era el viento el que movía sus medios de transporte y cada una de las maquinarias que habían ideado para hacer más sencillas sus vidas.
Sin embargo, esa noche del año 532
del Segundo Comienzo, los señores
del viento habían ordenado que dejara de soplar.
Como si todos se hubieran puesto de
acuerdo sin mediar ni una palabra, se dirigieron al castillo donde esperaban
que el rey les diera alguna explicación. Si alguien sabía qué estaba ocurriendo
debía ser, sin lugar a dudas, el monarca de Sylvilia.
Conforme se acercaban a los muros de
la fortificación se les unieron decenas de aldeanos de las casas más cercanas.
A lo lejos, desde las montañas, se iban sumando los vecinos de los pueblos situados
en las laderas. Lo que en un principio era un grupo de sylvilianos atemorizados
se fue convirtiéndose en una marabunta
de personas deseosas de respuestas.
Nadie se atrevía a tocar las aldabas del castillo. No estaban autorizados a atravesar sus muros. Los soldados que protegían al rey podrían atacarles si les confundían con enemigos. Pero no fue así. Cuando el más atrevido de los aldeanos se acercó a la puerta comprobó que no había nadie junto a ella y que, con un leve empujón, se abría de par en par.
Nadie se atrevía a tocar las aldabas del castillo. No estaban autorizados a atravesar sus muros. Los soldados que protegían al rey podrían atacarles si les confundían con enemigos. Pero no fue así. Cuando el más atrevido de los aldeanos se acercó a la puerta comprobó que no había nadie junto a ella y que, con un leve empujón, se abría de par en par.
Animado por la marabunta que había a
su espalda, el osado joven se vio obligado a atravesar el portalón, seguido por
Alietne. Lo que había tras los muros
les dejó boquiabiertos. Decenas de cadáveres poblaban el patio central del
castillo. Era imposible distinguir a sirvientes de soldados y de señores. Todos
estaban bañados en un mar de sangre y, sobre ellos, se alzaba la figura del
monarca, empalado en una gran estaca.
Alietne se quedó mirando aterrada a su rey. Sin pensarlo un segundo, pidió la ayuda de sus compañeros y entre todos lo bajaron de aquella burlona sepultura. Le rodearon con la banderola con el escudo de Sylvilia, que arrancaron de la entrada, y le dotaron de la dignidad que los asaltantes le habían robado.
En ese instante se escuchó el llanto de un niño bajo la montaña de cadáveres. Todos los aldeanos se pusieron a trabajar sin descanso hasta que encontraron, oculto bajo las faldas de la reina, al hijo menor del monarca, su heredero.
Entonces, como si los espíritus hubieran logrado su objetivo, el viento volvió a soplar furioso, clamando venganza.
Alietne se quedó mirando aterrada a su rey. Sin pensarlo un segundo, pidió la ayuda de sus compañeros y entre todos lo bajaron de aquella burlona sepultura. Le rodearon con la banderola con el escudo de Sylvilia, que arrancaron de la entrada, y le dotaron de la dignidad que los asaltantes le habían robado.
En ese instante se escuchó el llanto de un niño bajo la montaña de cadáveres. Todos los aldeanos se pusieron a trabajar sin descanso hasta que encontraron, oculto bajo las faldas de la reina, al hijo menor del monarca, su heredero.
Entonces, como si los espíritus hubieran logrado su objetivo, el viento volvió a soplar furioso, clamando venganza.
Episodio perteneciente a la
cronología del reino de Sylvilia acontecido en el año 532 del Segundo Comienzo.
Mi buen y apreciado escribiente. He quedado bastante impresionado por lalectura de esta historia. Me atrevería a decir sin miedo a error que es de lo mejor que has escrito hasta ahora.
ResponderEliminarSaludos templarios
No sabes lo que me alegro, Richard.
EliminarMe esforzaré por seguir mejorando.
Un saludo
esta genial!!!!!! escribes super bien
ResponderEliminarsaludos
Gracias, Lucinda.
EliminarUn saludo
Me gusta y que sea de misterio me atrae mucho más
ResponderEliminarGracias, Nacho.
EliminarMe alegro mucho de que haya sido de tu agrado.
Un saludo
Me ha gustado mucho este relato... Me alegra saber que el niño se ha salvado..
ResponderEliminarMe gusta leer tus relatos de vez en cuando.. Ojalá pronto puedas publicar la historia completa :) ¡Ánimo!
Un besooo
Gracias, Anyi.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado. Gracias por dejarte caer por aquí.
Un beso
Muy buena entrada.Le has dado un toque tenebroso fantástico.Escrbes de cine y estoy deseando poder leer por fin tu libro
ResponderEliminarUN BESO
Gracias, Amelia.
EliminarYa va quedando menos para poder leer el primero de los libros.
Un beso
Una de las historias cortas de intriga más emocionantes que he leido en los últimos años. Me ha sorprendido gratamente, la verdad.
ResponderEliminarY yo que me alegro, Carlos.
EliminarEspero poder seguir sorprendiéndote en próximos relatos.
Un saludo
Vaya la verdad es que me ha encantado el relato, como siempre eres increíble, por ahora solo puedo decir que me has despertado del todo, prometo que me pasare después con mas calma y lo volveré a leer para disfrutarlo aún más.
ResponderEliminarBesos^^
Mariam
Gracias, Mariam.
EliminarEs muy gratificante saber que te he ayudado a despertarte con más alegría. Los lunes por la mañana no son fáciles.
Un beso
Interesante comienzo e interesante final abierto. Atmósfera muy bien creada.
ResponderEliminarAgradezco mucho tus palabras. Me alegra saber que te ha gustado.
EliminarUn saludo
Me gusta el reino de Silvilia... Cuéntanos algo más sobre él. La historia es un tanto brutal, pero resulta interante. Un beso.
ResponderEliminarTodo lo que te puedo adelantar es que Sylvilia es el reino del viento y que todo gira en este territirio en torno a este fenómeno atmosférico. Lo demás tendrás que esperar a poder leerlo en los libros.
EliminarGracias por pasarte.
Un beso
Sigues dejando esos finales abiertos que me tienen en vilo. Danos más pistas, termina algún relato para aclararnos las ideas. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Mar.
EliminarReferente a las pistas... A ver, déjame pensarlo... No, mejor no te digo nada ;)
Un abrazo
Muy en tu linea. Directo, misterioso, tenso.....Fantástico.
ResponderEliminarHasta la semana que viene
Gracias, Débora.
EliminarSiempre es un placer tenerte por aquí y leer tus comentarios.
Hasta la semana que viene.
Wow, genial!! Gracias por compartirlo. Saludos!!
ResponderEliminarGracias a ti, Juan, por leerlo.
EliminarUn saludo
definitivamente voy a dejar de leerte como me sigas dejando a medias en todos tus relatos jajajajajaja ^_^
ResponderEliminarSé que lo dices para ver si me sacas información sobre el relato, Elena. Buen intento ;)
EliminarUn abrazo
Un relato muy adictivo que te va atrapando según avanzas en su lectura. Siempre es un placer poder leerte.
ResponderEliminarUn saludo
El placer es mío por poder contar con tus comentarios una semana más.
EliminarUn saludo
Me encanta el relato, la foto, el dibujo y sobre me encanta que al leerte sea capaz de desconectar durante unos minutos y transportarme a tu mundo de fantasía.
ResponderEliminar""""""Un beso""""""
Gracias, Rosa.
EliminarA mí me encantan los comentarios como el tuyo.
Un beso
Pero quien ha hecho esa masacre??????? Dame almenos alguna pista.
ResponderEliminarJooooo esto no se hace :/
Bssss
Claro, sin problemas. Verás, Joanna, la matanza la provoca un... que apararece en el castillo y...
EliminarEspero haberte podido aclarar un poco tus dudas ;)
Un beso
Que envidia me da esa facilidd qeue tienes para enganchar al lector con tus relatos.
ResponderEliminarEnorabuena!!!!!!
Salu2
Gracias, Francisco.
EliminarNo se si sera facilidad o no, pero siempre intento que el relato mantenga ese punto de interés para el lector.
Un saludo
misterios sin respuesta y asesinatos en masa sin explicación, mmmmm...me encanta ^^
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado, Ana.
EliminarUn abrazo
Muy bueno Miguel. De lo mejor que te he leido hasta ahora.
ResponderEliminarsaludos
Gracias, Salva.
EliminarNo eres el primero que me lo dice esta semana. Intentaré seguir mejorando.
Un saludo
Hola Miguel
ResponderEliminarEs una historia muy completa que reune los ingredientes pefectos para mantenerte en tensión mientras la lees. Muy bien escrito.
Un beso!!
Gracias, Martina.
EliminarMe alegra mucho saber que te ha gustado.
Un beso
molt bo!!!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Roger.
EliminarUn saludo
me gusta el relato y el ambiento en el que lo recreas, aunque para mi gusto hay demasiada sangre
ResponderEliminarpor cierto, los muertos de la foto están muy limpios para estar en el suelo y acabar de pelear por sus vidas ^__^
besos
Bueno, clase y estilo ante todo, Alexia, aunque sea para morirse ;)
EliminarUn beso
DE NUEVO ME ATRAPAS Y MARAVILLAS CON TU FORMA DE ESCRIBIR. NO DEJES NUNCA DE HACERLO. UN ABRAZO
ResponderEliminarIntentaré no defraudarte, Irene.
EliminarUn abrazo
Lo leí el domingo noche con sueño y prisas. Hoy lo he leido con más calma y me ha gustado mucho y he disfrutado de su lectura.
ResponderEliminarVaya, pues entonces debo darte dobles gracias, Javier, ya que lo has leido en dos ocasiones y te ha gustado.
EliminarUn saludo
Sigo diciendo que los relatos están genial y que una no queda indiferente al leerte, pero por eso mismo quiero el libro en mis manos yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa :)
ResponderEliminarUn besote
Gracias, Susana.
EliminarYa va quedando menos.
Un beso
Es una buena historia que se hace aun mas grande cuando piensas que es parte de un libro.
ResponderEliminar¿Estos personajes de tus relatos aparecerán en los libros o son virtualizaciones?
Me gustó mucho y me uno a tods-as los que piden el libro para poder leerlo.
Gracias, Melisa.
EliminarLos personajes que aparecen en los relatos no tienen porque dar la cara en los libros. Algunos forman parte de las cronologías de los seis reinos; hechos sucedidos mucho antes del año 841, que es la fecha en la que transcurrirán las novelas. Otros, por el contrario, se dejaran caer por los libros en forma de personajes secundarios y el relato servirá para saber un poco más de ellos.
Un abrazo
sigues empeñado en dejarme siempre con la incertidumbre de saber que y porque ocurren los sucesos en tus relatos. hay que ser malo ^__^
ResponderEliminaraparte de eso me ha gustado mucho
un beso!!!!!!!!
Bueno, por ahí circulan rumares de que lo hago con toda la intención... ¿Será cierto? ;)
EliminarUn beso, Ainhoa. Gracias por pasarte.
Me uno a todos, es decir, me uno a los que no les gusta quedarse a medias con tus historias, a los que les ha parecido un relato formidable, a los que piensan que eres un escritor que dará mucho que hablar en los próximos años y sobre todo a los que están deseando que se publique tu libro.
ResponderEliminar:)
Bueno, no necesito en este caso unirme a nadie para darte las gracias por tus palabras, tu apoyo y por el tiempo que dedicas a leer lo que escribo.
EliminarUn abrazo
y yo me uno a la amiga de arriba y reafirmo todo lo que dice :]
ResponderEliminarSaludos
Pues una vez más, gracias, gracias y mil gracias.
EliminarUn saludo
Sin palabras, si no es por los dibujos no me hubiera podido imaginar el final. Hay que tener mucha habilidad para desconcertar y tú lo consigues. Gracias por darnos estos retales de lo que será la historia completa. Un beso!
ResponderEliminarGracias siempre a ti, Sira, por acompañarme en este proyecto.
EliminarUn beso
Hola! muchísimas gracias por visitar mi blog y suscribirte! yo por supuesto ya me he pasado por el tuyo y me he suscrito, y con razón, porque me ha maravillado, felicidades por tu gran trabajo!! lo seguiré con mucha frecuencia!
ResponderEliminarUn saludo
Un placer tenerte por aquí.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado lo que has leido.
Le iré echando un vistazo a tu blog. Tienes entradas muy interesantes.
Un saludo
Sabes expresar con mucho sentimiento todo aquello que para tus lectores es esencial saber para comprender un texto
ResponderEliminarEres un amor escribiendo
Viole
Agradezco mucho tus palabras, Violeta.
EliminarUn abrazo
Para los buenos momentos, gratitud.
ResponderEliminarPara los malos, mucha esperanza.
Para cada día, una ilusión.
Y siempre, siempre, felicidad.
Esto es lo que te deseamos para el 2014.
EL EQUIPO DE ACOMPÁÑAME
y no te olvides de presentarte a nuestro reto navideño, queremos tu compañía en estas fechas.
Mis deseos más positivos para que este próximo 2014 os sea próspero y beneficioso en todo aquello que emprendáis.
EliminarUn saludo