Nunca el mar estuvo tan
vivo. Las olas alcanzaban la altura de las estrellas y los barcos desaparecían
llevando en su interior decenas de almas condenadas al olvido de las
profundidades. Durante tres días los ejércitos de blanca espuma arrasaron las
costas del reino de Vharane. Los más
ancianos no recordaban una tormenta de furia tan devastadora. El agua penetró
en la tierra hasta llegar a los
desiertos, creando vergeles donde antes sólo había arena. Y fue en uno de esos
oasis repentinos donde la encontraron.
Había cesado de llover y el sol intentaba recuperar el
dominio del cielo. Las últimas nubes se alejaban mar adentro y el rugir de las
aguas dio paso al silencio de la calma más deseada. Los habitantes de las
aldeas comenzaron a auxiliar a las víctimas y a reparar los daños. Un grupo de
aldeanos se acercó hasta el Desierto
de los Médanos recogiendo enseres
que el mar había arrastrado hasta allí. Entonces la vieron. Un pequeño estanque
de agua salada se había creado entre varias dunas de fina arena y, en el centro,
una hermosa sirena permanecía varada moviendo su aleta sin parar. Tenía el pelo
del color del sol y su rostro, dulce y cálido, reflejaba una gran tensión. Con
suma rapidez, los hombres y mujeres que allí se encontraban corrieron al
auxilio de tan majestuoso ser, pero nadie sabía cómo actuar. Un pescador había
oído que a las sirenas no se las puede tocar, porque de lo contrario perderían
su cola y morirían. Pero, ¿si no debían rozarla, cómo la llevarían hasta el
mar?
Unos y otros intentaban aportar ideas, cual más
disparatada. Finalmente fue un niño el que dijo:
-Si no podemos llevarla hasta el océano, ¿por qué no
traemos el agua hasta aquí?.
Y eso hicieron. Cientos de vharaneses llegaron desde las
aldeas vecinas y empezaron a construir un canal que uniría el mar con el
pequeño oasis, que ya empezaba a secarse a consecuencia de las altas
temperaturas del reino del sol. Trabajaron día y noche cavando con palas y
rastrillos y llevando cubos de agua hasta la sirena para que su cuerpo siempre
estuviera húmedo. Después de dos semanas de esfuerzo colectivo, el mar llegó
hasta el estanque inundándolo de agua y haciendo que la sirena pudiera nadar y
sumergirse. Nadie quiso perderse el momento en el que aquel ser maravilloso
atravesaba la enorme y profunda zanja cruzando el desierto. Los habitantes de
los pueblos cercanos se amontonaban en las orillas del canal saludando alegres
a la sirena, que agradecía la ayuda recibida luciendo esplendorosa una sonrisa
que le iluminaba el rostro.
Al llegar al mar se irguió sobre su cola, dejando el
torso fuera del agua, y agitó la mano en señal de despedida. Luego se sumergió
y puso rumbo a Zirwania, de donde el temporal
la había arrancado semanas atrás.
El canal que construyeron los vharaneses nunca se cerró y
el agua sigue aprovisionando a un pequeño estanque situado en el desierto que
hace las delicias de todos los que allí se bañan.
Hay quien dice que en las noches de mar tranquila, las
sirenas llegan hasta las costas del reino del sol, cruzan el canal y nadan
hasta el estanque para visitar a sus amigos de Vharane, que un día demostraron que para ayudar a un ser vivo no
hay que ser de la misma raza o especie, sino tener la voluntad de querer
hacerlo.
Cuento
narrado por bardos y aedos en los pueblos y aldeas de los Seis Reinos
Un cuento precioso. Me has dejado con una sonrisa de satisfacción. ;-)
ResponderEliminarBesos
La misma que me provoca a mí leer tu comentario.
EliminarUn beso
Qué historia más linda. Muy bien escrita y muy bien contada.
ResponderEliminarFelicidades!!!!
Gracias, Irene.
EliminarMe alegra saber que ha sido de tu agrado.
Un abrazo.
Bonita historia. Aparecerán sirenas en tu libro?
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Salva.
EliminarPues en este primero no. En el segundo se mencionarán, aunque tampoco aparecerán. En el tercero...
Un saludo
Buenos días, Miguel.
ResponderEliminarUn relato precioso.
Muchos besos
Muchísimas gracias.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Un beso
Bueno vale, nos creeremos que han construido un canal de
ResponderEliminarSuez en pleno desierto para rescatar una sirena :-o
Buena semana y haber cuando nos anuncias que el libro ya está a la venta
El poder de la fantasía y la imaginación, Marga.
Eliminar¿Existe algo más grandioso? ;)
Un abrazo
Una historia preciosa. La solidaridad que trasmite es preciosa! Un beso.
ResponderEliminarGracias, Mar.
EliminarUn beso
Si todos hiciéramos un esfuerzo por demostrar ese espíritu de cooperación y servicio sin esperar nada a cambio, este mundo sería un lugar mejor. Un abrazo
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo contigo, Débora.
EliminarUn abrazo
Una hermosa leyenda digna de recordar. Sigues cautivándome con tu forma de escribir. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Rosa.
EliminarUn abrazo
Me encanta ese corazón que demuestran las gentes de vharane y toda esa magiaa de la que siempre haces gala...
ResponderEliminarMuchos besos.
Gracias, Amelia.
EliminarMe alegro de que te haya gustado.
Un beso
Me gusta el mensaje de solidaridad que aporta este cuento. :) Y que sea un cuento de nereidas. :) ¡Buenas tardes!
ResponderEliminarGracias, Laura.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Un beso y feliz semana
Me gusta la aparición de las sirenas en tus relatos. Siempre me han fascinado estos seres fantásticos. Espero poder seguir leyendo en tus libros sobre ellas.
ResponderEliminarsalu2
Seguro que sí, Nacho.
EliminarUn abrazo
Entrañable. Me ha gustado mucho
ResponderEliminarBesitos!!!!!
Gracias, Susana.
EliminarUn beso
Hola Miguel!!!!
ResponderEliminarPrecioso tu relato :)
Un fuerte beso!!!!!!
Gracias, Juana.
EliminarMe alegro mucho de que sea de tu agrado.
Un beso
Cuentos de tormentas de mar y sirenas. Me encanta!!!!!
ResponderEliminarBesooooos!!!!!
Y yo que me alegro, Belén.
EliminarUn beso
Como siempre es un placer poder leerte. Tus relatos me alegran el día
ResponderEliminarFeliz semana
Un besote!! ^^
A mí me alegran el día comentarios como el tuyo, Sara.
EliminarMuchísimas gracias.
Un beso
Gran relato con una dosis de moraleja muy fuerte. Por desgracia esa colaboración entre seres de distintas especies no es más que una utopía en nuestra sociedad. Pero bueno, siempre nos quedará la fantasía.
ResponderEliminarUn saludo
Así es, Narciso. Por desgracía debemos echar mano de la fantasía para llegar a creer que algún día será posible que el ser humano pierda el egoismo que albergan muchos en su interior. Pero quién sabe, quizás en el futuro... Y si no siempre nos quedarán los sueños.
EliminarUn saludo
un canal en el desierto hecho supongo que con palas y utensilios de labranza.... vale, aceptamos pulpo :) :) :) :)
ResponderEliminardeseando leer el de la semana que viene
saludos
Fantasía e imaginación, Francisco. De eso que nunca falte.
EliminarGracias por pasarte.
Un saludo
Un cuento con moraleja. Siempre debemos estar dispuestos a tender nuestra mano a los demás, no importa la raza, por supuesto ninguna es superior. Por otro lado, los animales también ayudan al hombre por lo tanto igual trato deben tener. Saludos.
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo contigo, Lumi.
EliminarMuchas gracias por pasarte y comentar.
Un abrazo
Un relato genial Miguel!
ResponderEliminarMe muero de ganas por leer el siguiente y espero que pronto tengas el libro publicado.
Besazos!
Bueno, estamos ya en la recta final, Verónica. Ya queda menos.
EliminarUn beso
Woww que bonito y que currado... Enhorabuena. Saludos!!
ResponderEliminarGracias, Luisa.
EliminarSiempre es agradable leer comentarios como el tuyo.
Un saludo
ey que tal!!!
ResponderEliminarme ha gustado mucho este cuento. escribes muy bien.
un abrazo!!!!
Muchas gracias, Javier.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Un abrazo
Como dirían en nuestra tierra, te ha quedao clavaico :)
ResponderEliminarBesitos
Gracias, Laura.
EliminarUn beso
Emotiva la acción de estos aldeanos para ayudar a la sirena. Muy buen relato. Abrazos
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
EliminarUn abrazo a los dos.
me ha gustado mucho, como siempre ^_^
ResponderEliminarbesitos
Gracias, Elena.
EliminarSiempre es un placer verte por aquí.
Un beso
Molt bo!!!!
ResponderEliminarGracias, Roger.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Un saludo
Una historia conmovedora.
ResponderEliminarMuchos besos y feliz fin de semana
Gracias, Ainhoa.
EliminarFeliz fin de semana también para ti.
Un beso
Un cuento fabuloso... o una fábula bien contada. Elige tú mismo ^_._^
ResponderEliminarBesos
Cualquiera de las dos me vale, Martina.
EliminarMuchas gracias.
Un beso
Una entrada muy interesante
ResponderEliminarCada día voy teniendo mas ganas de leer tus libros
Besitos
Pues ya te queda menos para poder leer el primero, Lucía.
EliminarUn beso
Mira lo que encontré :)
ResponderEliminarhttp://www.cartagenadehoy.com/index.php?option=com_content&view=article&id=41960%3Ael-mundo-fantastico-de-un-escritor-cartagenero&catid=102%3Adestacado
Enhorabuena!!!!
Vaya. Está claro que uno no puede esconderse aunque lo intente ;)
EliminarMuchas gracias.
Me encantan las sirenas. siempre he soñado con ser una de ellas :) Ya ves que a cada loca le da por algo.
ResponderEliminarBesos
Sigue soñando, Mariam. Siempre he defendido que los sueños pueden llegar a hacerse realidad.
EliminarUn beso
Jo Miki, precioso. Me encanta cuando la historia termina bien, te deja muy buen sabor de boca este cuento. Gracias
ResponderEliminarGracias a ti, Sira, por pasarte y dejar tu comentario.
EliminarUn beso