Dúlkmar salió de la taberna ebrio e incapaz de mantenerse en pie. Dentro aún se oían las carcajadas de sus amigos y el bullicio del antro donde el licor de hidromiel se bebía por cubos. El joven y testarudo kalandryano cruzó el camino cubierto de un manto de fina nieve y se dirigió tambaleante hacia su casa para recoger las armas y poner rumbo a las afueras de la aldea. Acababa de apostar con sus camaradas de barril que cazaría un enorme lobo esa misma noche. Ellos se habían mofado de él y lo habían invitado a marcharse en busca de esa peligrosa pieza que les había asegurado que era capaz de cazar sólo con su arco y sus flechas. Antes de que amaneciera acallaría todas esas risotadas al aparecer en el pueblo con un lobo muerto sobre sus hombros.
Entró
en su cabaña y recogió el arco que se encontraba sobre la repisa de la chimenea
cuyas brasas comenzaban a apagarse y pedían suplicantes un hierro que las
avivara. Luego agarró el carcaj y se lo colgó en la espalda. Su estado de
embriaguez le impidió darse cuenta que no había ninguna flecha en el interior
de la funda. De un baúl situado a los pies de la cama sacó una capa de piel de
oso blanco y se la echó por encima tapando también con ella su cabeza. Todo
estaba dispuesto y no era necesario demorar la partida.
Cuando
la noche cubría por completo la aldea de Velisdia,
Dúlkmar puso rumbo hacia un pequeño
bosque situado en una de las laderas de los Montes
Sima, en la frontera con el reino de Utsuria.
Hacía frío y los músculos del guerrero se contraían a cada paso que daba,
agarrotados por las gélidas temperaturas. Portaba una antorcha prendida en su
mano derecha mientras que la izquierda permanecía escondida bajo la espesa capa
de pelo blanco. No soplaba ni una leve brisa y hacía dos días que no nevaba. Aún
así, el hielo se instalaba cual parásito en los jirones de pelo de su dorada melena
que sobresalían de la capucha. Era obvio que no era el momento propicio para
salir de caza, pero precisamente por lo inhóspito de la climatología su hazaña
sería aún más memorable.
No
había caminado mucha distancia cuando llegó hasta el borde de un pequeño lago
congelado. Al otro lado, desaparecido bajo el manto de la noche, se hallaba el
bosque en el que encontraría un lobo al que matar. Con paso lento y bordeando
la orilla, el joven perteneciente al clan de los Velisdam caminaba apoyando con suavidad los pies sobre la capa de
agua congelada que cubría la laguna. Al mover sus piernas podía sentir el
crujir del hielo bajo sus pies. Muchos hombres y animales habían perecido
intentando cruzar aquella extensión helada al desquebrajarse la superficie y
caer en las aguas glaciales.
Finalmente
consiguió llegar al otro extremo y penetró en la pequeña arboleda sin perder de
vista la orilla del lago. Dúlkmar
caminaba sigiloso, controlando su respiración y escuchando los ruidos que se
producían en el bosque. Si algo bueno tenía aquel frío tan intenso es que su
embriaguez había desaparecido por completo. La noche transcurría pausada y el
joven velisdamés comenzó a sentirse muy fatigado. Decidió resguardarse en el
interior del tronco de un árbol que había sido vaciado seguramente como puesto
de vigilancia para cazadores. Recogió las pocas hojas y ramas secas que
encontró y prendió una pequeña hoguera junto a la que se reconfortó hasta
quedar profundamente dormido.
Fue
precisamente el aullido de un lobo lo que le despertó sobresaltado. Se
incorporó desconcertado. Debía llevar un buen rato durmiendo ya que las
primeras luces del alba comenzaban a reflejarse sobre la superficie helada del
lago. A poca distancia del árbol dónde se encontraba escondido, pudo ver a un
lobo de gran tamaño que jugaba con dos cachorros ajenos a la presencia de Dúlkmar.
Cuando
los animales se perdieron en la espesura del bosque, Dúlkmar regresó sobre sus pasos bordeando el lago de aguas
congeladas hasta llegar al otro lado. Camino de la aldea pensaba qué diría a
sus amigos aquella noche en la taberna. Obviamente no podía contarles lo del
olvido de sus flechas y mucho menos que había disfrutado observando la escena
de la familia de lobos jugando y retozando a escasos pasos de su escondite.
-Bueno-,
pensó Dúlkmar, -lo mejor será meter
la cabeza en un cubo de rica hidromiel y seguro que las excusas emanarán ágiles
de mi garganta-.
Excelente relato y impresionantes las fotos y el dibujo
ResponderEliminarSaludos de un fiel seguidor
Gracias por tus palabras, Carlos, y por seguir el blog todas las semanas.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo en lo referente a fotografías e ilustación. Son impresinantes.
Un saludo
Una semana mas nos brindas un gran relato. Continuad así mi buen escribiente. Saludos templarios
ResponderEliminarOs doy mi palabra que no empeñaré esfuerzos en continuar así, mi amigo templario.
EliminarUn cordial saludo
Me hacía ilusión quedarme despierta hasta que publicaras y pudiera leer esta historia que me ha gustado mucho.Y ahora a dormir que mañana me acordaré de ti cuando suene el despertador.
ResponderEliminarBesitos
¿Te acordaste finalmente de mí? ;)
EliminarEspero que haya merecido la pena aguantar despierta hasta leer el relato.
Un beso
Lo que un principio parece un contratiempo, se nos convierte en la posibilidad de ver y disfrutar de lo inesperado.
ResponderEliminarHermoso mensaje,
Besos fuertes ♥♥♥
Qué fácil sería todo si de vez en cuando nos paráramos a ver y disfrutar, sin pensar en el después o en las consecuencias de hacerlo.
EliminarGracias por pasarte por aquí y pararte a comentar este relato.
Me alegra que te haya gustado.
Un beso
una historia muy buena con moraleja de la que muchos deveriamos aprender
ResponderEliminarSalu2
Totalmente de acuerdo, Francisco.
EliminarGracias por tus palabras.
Un saludo
Hubiera sido una pena matar a un lobo tan bonito como el del dibujo. Enorabuena por haber escrito un relato tan bueno
ResponderEliminarVerdaderamente la loba del dibujo es impresionante.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado el relato.
Un saludo
Da gusto levantarse los lunes por el hecho de poder leer tus relatos. Me habría encantado que describieses el momento en el que él entra en la taberna con las manos y, sobre todo, el carcaj vacío... Jajaja. Sigue animándonos los lunes.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Mar.
EliminarDejaremos para otro relato lo de su regreso a la taberna ;)
Un beso
Es muy bonito, tienes una manera preciosa de escribir.
ResponderEliminarBesos
Gracias, gracias y mil gracias. No sabes lo que reconforta leer este tipo de comentarios. Animan a seguir día a día.
EliminarUn beso
Fantástico Miguel, es precioso.
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Joanna.
EliminarTe agradezco mucho tus palabras.
Un beso
Disfrutando un lunes más con la lectura de tus historias.
ResponderEliminarTienes ya editorial buscada para publicar la saga??
Me alegro de que disfrutes leyendo los relatos, Roger.
EliminarEn lo referente a las editoriales, bueno, supongo que podríamos decir que no. He tenido algunos contactos con un par de ellas que se han interesado por este proyecto, pero no hay nada concretado. Yo, de momento, me centro sólo en terminar el primero de los libros y en seguir publicando en este blog. Dejaremos en manos del destino lo que tenga que pasar después ;)
Un saludo
menos mal que no disparó esa flecha... Bonito dibujo!! me gustó su mirada ^^
ResponderEliminarun besooo
Gracias por pasarte por aquí, Ángela, y por comentar este relato. Me alegro que te haya gustado y sí, el dibujo es impresionante.
EliminarUn beso
Guauuu!!!!!!Me ha encantado :)
ResponderEliminarMuchos besossss
Gracias por tus palabras, Ainhoa.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Un beso
Me encanta *___*
ResponderEliminarUn besote
Gracias, Susana.
EliminarSiempre es un placer verte por aquí.
Un beso
Una entrada muy buena y una imagenes espectaculares.
ResponderEliminarUn saludo
Agradezco mucho tu comentario y comparto tu opinión sobre las fotografías y la ilustración.
EliminarUn saludo
Miguel, acabo de llegar de la playa donde he saboreado de manera especial, letra a letra, tu relato.
ResponderEliminarMientras sigas escribiendo como lo haces, este mundo de fantasía que has creado dará mucho de que hablar.
besos
Bueno, qué puedo decir ante un comentario así. Muchas gracias por tus palabras y ojalá tengas razón y esta saga de mucho de que hablar.
EliminarUn beso
Qué placer me provoca leerte, porque la verdad es que siempre me ha gustado lo que escribes y como lo escribes.
ResponderEliminarEspero que todo lo relacionado con tu novela vaya genial. Estaré atenta a noticias sobre ella :)
¡Un besazo!
Gracias, Sara.
EliminarNo te puedes hacer una idea de lo que reconforta leer este tipo de comentarios.
Un beso
Como dirían los ingleses, "it´s amazing"
ResponderEliminarGracias por compartir estas entradas con todos nosotros semana a semana.
Un abrazo
Como dirían los ingleses, "thank you so much"
EliminarPara mí es un placer y un privilegio poder compartir con todos vosotros estas entradas semanales.
Un abrazo
eres un genio y tus colaboradores también
ResponderEliminarSaludos
Mis colaboradores sí que lo son, yo sólo escribo ;)
EliminarUn saludo
Muy bueno Miki! Me ha encantado ver que nombrabas Utsuria (mi Reino favorito!). Estoy deseando leer más
ResponderEliminarSé que te gustará Utsuria, Sira. Un reino de conspiraciones, traiciones y terror. Un territorio dónde nada es lo que parece y en el que al mínimo descuido te apuñalan por la espalda.
Eliminar¿Te suena? ;)
De por sí la novela fantástica no es un género del que lea mucho, pero tu manera de escribir y la facilidad que tienes para llegar al lector ha hecho que me emocione con cada una de tus historias.
ResponderEliminarBesos, y gracias por el relato.
Gracias a ti por leerlo, Marga, y por ser capaz de emocionarte con mis relatos.
EliminarUn beso
Hola :) Este me ha parecido un poco flojo y no es porque sea malo, sino porque tienes algunas entradas que rozan la perfección. Haré un esfuerzo y seguiré leyéndote todas las semanas a la espera de que publiques el primer libro ^^
ResponderEliminarUn besito.
Espero que no te suponga mucho sacrificio el tener que obligarte a seguir leyendo mis relatos, Melisa ;)
EliminarPrometo esforzarme para que todos estén a la altura de tus espectativas.
Un beso y gracias por seguir ahí.
Bonita historia cargada de emoción y buenas intenciones. Me alegro de que el final sea el que has elegido.
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Belén.
EliminarA todos nos gustan los finales felices... ¿O no? ;)
Un beso
Ayer oi hablar de ti y de este blog a unas amigas y he quedado muy impresionada del talento que tienes. Te seguiré y apoyaré apartir de ahora. Me encanta la idea de que un paisano mío esté preparando una saga de libros de fantasía. ^_^
ResponderEliminarEspero poder conocerte pronto
Besos
Pues encantado de tenerte por aquí, Laura, y muy contento de que te haya gustado este blog y de que hayas decidido seguirlo.
EliminarYo también espero poder conocerte pronto.
Un beso
Escribes sobre la temática y el estilo de libros que me gusta *-* y lo haces genial
ResponderEliminarun saludo
muy bueno
ResponderEliminarPues yo también me alegro de que no matara a la loba, aunque por un momento pensé que se llevaría a un lobezno. No para fardar... bueno sí, tal vez para hacerlo un poco, pero hay que tener en cuenta que un lobo es muy útil cuando vas de caza, aunque sea difícil, por no decir imposible, amaestrarlo.
ResponderEliminarAunque ahora que lo pienso, eso sería desmesuradamente parecido a Juego de Tronos y parecería un plagio ;)
PD: ya está aquí la pesada de turno. Vaya, llevo sin leerte más de lo que imaginaba. Espero ponerme al día poco a poco, pasito a pasito, disfrutando de la lectura y sin leer por obligación.
Para mí siempre es un placer poder leer tus comentarios, Sonia.
EliminarEn cuanto al adiestramiento de los lobos, sí, tienes razón, muy parecido a Juego de Tronos ;)
Un abrazo