Cuando
Nabúly apoyó su mano en el pecho de Hizleya y notó las desbocadas
palpitaciones de su corazón, supo que habían cometido el mayor error de sus
jóvenes vidas.
Todo empezó al anochecer. El sol
abandonaba sus dominios para dejar paso a una somnolienta luna. Nabúly acudió al hogar de Hizleya y llamó su atención lanzando
unas piedras sobre su venta. Ella estaba acostumbrada a sus visitas nocturnas,
así que se asomó rauda.
— Un día vas a romper el cristal y
mi padre te matará —dijo riendo al verlo.
— Baja.
— Ni de broma. Ya sabes que no me
dejan salir de noche —respondió
ella.
— No tienen por qué enterarse.
Volveremos antes de que amanezca.
La joven rio nerviosa mientras se acariciaba el pelo.
La joven rio nerviosa mientras se acariciaba el pelo.
— ¿A dónde quieres que vayamos a
estas horas?
— Tú confía en mí —contestó el
muchacho.
Unos instantes después, Hizleya descendía por la pared de su
hogar aferrada a las enredaderas que la cubrían. Cuando alcanzó el suelo, sus
manos estaban completamente verdes, lo que provocó una sonora carcajada en Nabúly.
— Chsssssssssss. ¡Cómo mi padre nos
oiga te van a quedar pocas ganas de seguir riendo! —susurró.
En silencio, y avanzando sigilosos
como dos gatos, abandonaron la aldea en dirección al bosque. La luna brillaba
espléndida en el cielo, alumbrándoles el camino hasta que alcanzaron los
primeros árboles. Un murmullo de satisfacción escapó de sus gargantas al
comprobar la belleza de la noche bajo las frondosas ramas sylvilianas. El
viento soplaba, como siempre, moviendo las hojas, que desdibujaban la luz de la
luna sobre el suelo creando un espacio mágico dónde moraban el suave silbido
del viento y los maravillosos reflejos que parecían bailar sobre el suelo.
Decidieron tumbarse para disfrutar
del espectáculo que mejoraba por momentos, ya que dos ardillas descendieron de
uno de los árboles para situarse junto a ellos. Los animalitos los miraban
divertidos y comenzaron a empujarles con sus patitas, hasta que lograron que se
levantaran y los siguieran hacia la profundidad del bosque.
Aquello no entraba en los planes de Hizleya, que quería regresar a casa antes
de que sus padres se percataran de su ausencia, pero resistirse a los encantos
de aquellas ardillas era imposible.
Conforme avanzaban, la oscuridad ganaba
terreno. Un silencio suntuoso se adueñó de los animales y de los árboles,
hasta que Nabúly se detuvo de golpe.
— ¿Lo oyes?
— No escucho nada —respondió la
joven.
— A eso me refiero. El viento ha
parado —dijo Nabúly con el primer
atisbo de preocupación asomando en su mirada.
Durante sus catorce años de vida, el
viento había sido su más fiel compañero. Delicado, apasionado, rebelde,
agresivo e incluso compasivo, siempre los había guiado. Los ancianos sylvilianos
decían que el día que dejara de soplar, Mundo
Conocido sucumbiría. Y estaba ocurriendo.
El silencio se tornó opresivo y
espeso, obligándolos a sentarse. Apenas podían respirar y no sabían en qué
lugar del bosque se encontraban. La oscuridad crecía a su alrededor, borrando los
últimos reflejos de la luna. Los animales callaron temerosos y los dos jóvenes
se abrazaron apoyando sus espaldas contra el tronco de un árbol.
Un extraño rugido los sobresaltó. Buscaron
en la oscuridad el origen de aquel horrible sonido, cuya intensidad iba
aumentando. Hizleya se pellizcó con
fuerza para asegurarse de que estaba despierta y entonces la vio. De entra la
espesura de la arboleda surgió una sombra de la que solo se distinguían dos
ojos anaranjados. El silencio se hizo aún más aterrador cuando la
fantasmagórica silueta se dirigió hacia ellos.
Nabúly
apoyó su mano en el pecho de Hizleya
y notó las desbocadas palpitaciones de su corazón; entonces supo que habían
cometido el mayor error de sus jóvenes vidas…
Sublime ritmo el que le das al relato para luego dejarlo en su punto más emocionante.
ResponderEliminarExquisito!!!!
Besistosssss.
Muchas gracias, Amelia.
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado.
Un beso
Buenas noches.
ResponderEliminarTengo que reconocer que has hecho que me estremezca y que ahora cuando apague la luz me dará miedo pensar en mirar a la oscuridad por si veo algo naranja ^_^ Un abrazo grande y feliz noche.
Entonces puedo decir eso de "misión cumplida" :)
EliminarUn abrazo, Mariam.
Una historia inquietante y real. ¡Cuantas travesuras de adolescente no han terminado en tragedia! Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Visto así, Débora, sí que es cierto que a veces la realidad no golpea con noticas tristes sobre hechos parecidos, aunque no tan fantásticos.
EliminarUn abrazo
agggggg, que mieditoooooo!!!!! :)
ResponderEliminary como sigue? que les pasa?
saludos
Pues sigue así, Elena:
EliminarEntonces, el rugido aumentó de intensidad y...
;)
Un saludo
Enhorabuena. Me gusta especialmente cómo reflejas el derrumbe de los chicos y como el miedo se apodera de ellos. Gráfico y original.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Joaquín.
EliminarMe alegra mucho saber que te ha gustado.
Un saludo
Ya se echaba en falta una historia de estas. Me encantan las de terror. Sólo de imaginar la cara de angustia de los chicos se me ponen los pelos de punta.
ResponderEliminarUn beso
Me alegro de haber acertado con el relato, Rosa.
EliminarUn beso
Es realmente bueno.
ResponderEliminarMe he puesto en la piel de la chica y he sentido escalofríos. Simplemente estupendo. Me encanta lo de las ardillitas.
Este blog desprende aroma a talento en estado puro.
Talento no sé, pero emoción cada vez que leo un comentario como el tuyo te lo puedo asegurar, Luisa.
EliminarUn abrazo
bueno no, buenísimo!!!!!!
ResponderEliminarbesos desde ávila!!!!!
Gracias, Mari Cruz.
EliminarUn beso
¡Bravo! me gusta muchos el desarrollo de la historia. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Javier.
EliminarUn abrazo
Muy buen lunes. Que sería de este día de la semana sin tus relatos.
ResponderEliminarYa he comenzado a leer tu libro y estoy emocionada.
Besos
Pues ahora estaré con los nervios a flor de piel hasta saber qué te ha parecido, Violeta.
EliminarEspero que no te defraude.
Un beso
Ya podías haber hecho un relato de un rey abdicando, seguro que en un día como hoy recibías muchas visitas XD
ResponderEliminarComo siempre es un gozo leerte.
Abrazos
La verdad es que hubiera sido lo suyo, Fernando. Al menos hubiera tenido muchas visitas a través de los buscadores ;)
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo
wow que gran relato, la verdad es que me muero por saber que les pasa a los chavales, aunque no pinta nada bien >.<
ResponderEliminarLo dejaremos abierto a la imaginación, Valen. Al menos de momento.
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un saludo
Gracias Miguel por permitirnos compartir tus aventuras. Verte crecer como escritor y que nos sigas haciendo soñar y disfrutar con relatos como este es algo único.
ResponderEliminarNo dejes nunca de escribir porque a mí tus obras me permiten disfrutar y ser un poquito más feliz. Un beso
Tere
Gracias a ti, Tere, por compartir conmigo todos estos momentos.
EliminarUn beso
Me encanta la atmosfera que creas y como describes el miedo de los personajes. Enhorabuena y a seguir con tu exitos. El libro es fantástico.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Noe.
EliminarMe alegra mucho saber que todo está siendo de tu agrado.
Un saludo
A mi tambien me ha gustado mucho este relato y es que son muchas las veces que he querido hacer lo mismo, es decir, emprender locuras sin pensar en las consecuencias.
ResponderEliminarMe encantó tú libro, me enamoró vamos. ^^
Un beso
¿Y por qué no las haces, Martina?
EliminarUn beso
UNA HISTORIA QUE ME HA PUESTO LA CARNE DE GALLINA. FELICIDADES. ES MUY BUENA. SALUDOS
ResponderEliminarGracias, María.
EliminarSiempre es un placer tenerte por aquí.
Un saludo
Me encantan este tipo de lecturas. Son perfectas para evadirse durante unos minutos de todo y de todos. Por cierto, tu libro es impresionante.
ResponderEliminarBesitos
Mil gracias, Eva.
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado.
Un beso
magnífico, como siempre, y el libro más todavía :) un beso
ResponderEliminarGracias, Irene.
EliminarMe alegra saber que todo te está gustando.
Un beso
Estás tu qe salgo yo de casa de noche y me meto en ese bosque :) :) :)
ResponderEliminarSalu2
Bueno, la verdad es que es para pensárselo dos veces, Gabi.
EliminarGracias por dejarte caer por aquí.
Un saludo
Mi mas cordial enhorabuena por tu libro.Lo he leido y verdaderamente es fantástico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cada vez que alguien me dice eso, Valeria, la emoción me comprime el corazón.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo
Los bosques de Mundo Conocido son peligrosos, ¡y me encantan! Enhorabuena por la marcha que lleva el libro, pero no dejes estos relatos, que me tienen enganchada.
ResponderEliminarUn besote.
Mientras me queden fuerzas, e inspiración, no los dejaré, Mar.
EliminarUn beso
Me encanta este relato. Misterio, suspense, intriga, miedo. Lo tiene todo. Es redondo.
ResponderEliminarMil besos ^_^
Y yo que me alegro, Marga.
EliminarGracias por tus palabras.
Un beso
hola miguel.
ResponderEliminaresta historia es fantastica pero me muero de ganas de saber como termina
*^*
Pues habrá que esperar un poco para saber más, Susana. Quizás en el segundo de los libros.
EliminarGracias por pasarte.
Un beso
Excelente relato!
ResponderEliminarGracias, Carlos.
EliminarUn saludo
me gustan las historias con intriga, y si encima el final es abierto, pues mejor que mejor. por cierto, la portada de tu libro me parece de alucine. estoy deseando leerlo. saludos
ResponderEliminarGracias, Francisco.
EliminarEspero que cuando lo leas cumpla tus expectativas. En cuanto a la portada, coincido plenamente contigo.
Un saludo
— ¿Lo oyes?
ResponderEliminar— No escucho nada —respondió la joven
— A eso me refiero. El viento ha parado.
Este diálogo me pone los pelos de punta :) Es perfecto!!!!
Un saludo
Gracias, Merlín.
EliminarMe alegro de que te haya gustado.
Un saludo
Me ha encantado!!!! escribes de maravilla. enhorabuena. un beso fuerte
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Eilean.
EliminarUn beso