Dos chicos cruzaron a la carrera el destartalado puente construido hacía cientos de años por nuestros antepasados sobre las aguas del Salartón. Uno de ellos pidió al amigo que acelerara o no llegarían a tiempo de ver al viejo Dúrdol realizar su célebre ritual de pesca. Pronto arribaron a la orilla del torrente y se unieron a otro numeroso grupo de niños que había allí sentados, observando entusiasmados una silueta que se hallaba en medio del cauce del río con el agua cubriéndole hasta la cintura.
El
viejo Dúrdol acudía cada mañana a
pescar en aquel lugar, donde la corriente frena su agitada marcha y la
profundidad no es tan considerable como en otros tramos. Cuando llegaba se
anudaba su larga barba del color de las nubes de lluvia y se introducía en
medio del río. Una vez allí cerraba los ojos y levantaba los brazos hacia el
cielo como si esperara que del propio Dalurne
le llegara la inspiración necesaria para conseguir una buena captura. Entonces
abría los párpados y recitaba en alta voz algún tipo de estrofa en un lenguaje
extraño, posiblemente inventado, mientras giraba sobre sí mismo, primero en una
dirección y más tarde en la contraria. En el momento en que la insólita danza
terminaba, desenfundaba su afilado cuchillo y miraba imperturbable las claras
aguas del Salartón. No solía
transcurrir mucho tiempo hasta que de un movimiento rápido, impropio y
excepcional para alguien de su edad, hundía su brazo en el río y lo elevaba con
un gran pescado clavado en él. Cuando ese momento llegaba, todos los niños
apostados en la orilla comenzaban a gritar y a aplaudir frenéticos e
ilusionados por los poderes asombrosos del anciano pescador.
Contemplé
la escena desde lo alto del muro de contención junto al puente. Ver a aquellos
muchachos vitorear las hazañas de Dúrdol
me hizo recordar mi infancia. No habían pasado muchos años desde que yo también
corría río abajo en busca de aquel extravagante pescador, que ya entonces era
viejo. Junto con mis amigos saltábamos de júbilo con cada pez que su cuchillo
atravesaba. Luego aguardábamos en la ribera el momento en que Dúrdol salía del agua y se sentaba con
nosotros. Entonces nos contaba historias de monstruos que surcaban las aguas
profundas del Mar de Myrthya y
dragones que asolaban campos y poblados. Todos atendíamos embriagados aquellos
cuentos y nos imaginábamos defendiendo nuestras casas, convertidos en poderosos
guerreros. Casi siempre los relatos se prolongaban hasta la noche y era frecuente
ver como los guardias del castillo recorrían la orilla del río buscándome.
Es
placentero poder regresar a ese pasado inocente y olvidarme por un instante que
soy un príncipe de Myrthya del que
todos demandan éxito en mi misión. Las miradas de los habitantes del reino del
arco iris se clavan en mi rostro como dagas puntiagudas allá por donde camino.
Mi padre me ordena que traiga la gloria a Myrthelaya
y mis amigos me estimulan para que afronte aventuras que harían estremecerse al
guerrero más audaz.
Y yo… Yo solo
quiero volver a ser aquel niño que corría inocente en busca de Dúrdol, sin preocupaciones, sin
inquietudes, sin imposiciones, capaz de sonreír porque un viejo pescador de
larga barba levantaba los brazos al cielo y danzaba en el interior del rio
antes de capturar un hermoso pez.
Considero una buena elección lo de utilizar la entrañable figura de un viejo querido por todos para reflejar el agobio de un principe que desea regresar a su infancia para quitarse los problemas de encima. Aunque yo no actuaria igual. Un hombre debe afrontar sus problemas con disposición y entereza.
ResponderEliminarSaludos templarios
No esperaba menos de vos, sir Richard, pero no todo el mundo puede ser tan valiente.
EliminarUn saludo.
Precioso relato, me encantó leerte.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Muchas gracias, Melisa. A mí también me encanta que te haya gustado. Un abrazo
EliminarMe encanta la imagen del pescador haciendo su ritual en el río. Tienes una imaginación desbordante!
ResponderEliminarGracias, Mar. Imaginación es algo que, por suerte, tengo. Jajaja. Un saludo
EliminarLinda historia, se ve que escribir se te da de maravilla, si el viejo pescador pudiera leer tu entrada lloraría de emoción, te felicito por ella.
ResponderEliminarUn abrazo, te deseo feliz semana.
Lindo comentario, Me alegro de que la historia te haya gustado. Yo tambén te deseo que disfrutes de una semana magnífica y plagada de buenos momentos. Un abrazo
EliminarHola Miguel
ResponderEliminarHabía oido hablar de ti en la blogosfera y por fin he dado con tu blog. Escribes muy bien. Lo haces fácil, ameno y sencillo. Utilizas un vocabulario correcto y entendible. Ya tienes una seguidora nueva en el blog y en Facebook y por supuesto estaré espectante de hacerme con tus novelas cuando vayan saliendo
Un abrazo
Es un placer contar contigo como nueva seguidora y espero estar a la altura de tus expectativas. Gracias por tu apoyo. Un abrazo.
EliminarMuy buen post Miguel. Cada relato que publicas es una manera mas de ir conociendote. Besos enormes
ResponderEliminarLa verdad, Amelia, es que con cada relato dejo un pedacito de mí. Un beso.
EliminarUna historia muy bonita, me ha encantado :}
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Martina.
EliminarUn beso.
Muy chulo!!!!!!
ResponderEliminarSalu2
Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
Un relato inspirador. Como bien dices en la página de Facebook, ¿quien no ha querido volver a la infancia y solventar de este modo los problemas de ser adulto?
ResponderEliminarAbrazos múltiples
Es cierto, siempre hay un momento en el que te gustaría poder volver a la niñez donde todo era mucho más sencillo.
EliminarUn abrazo.
ME ENCANTA COMO SIEMPRE
ResponderEliminarBESITOS
Me alegro, como siempre.
EliminarUn beso.
F-a-n-t-á-s-t-i-c-o :)
ResponderEliminarM-u-c-h-a-s g-r-a-c-i-a-s.
Eliminar;D
Me gusta mucho el relato y también quería felictar desde hace tiempo a Antonio Amboade por sus fotografías
ResponderEliminarSaludos
Gracias Scooby. Por si te apetece ver algo más de lo que hago, puedes hacerlo en http://elblogdenerioazul.blogspot.com.es/ o en https://www.facebook.com/AntonioAmboadeFotografia
EliminarTengo muchísima suerte de contar con la inestimable colaboración de Antonio Amboade. Totalmente de acuerdo contigo en que es un gran fotógrafo.
EliminarUn saludo
jejejeje me ha hecho gracia imaginar al viejo dentro del agua bailando con todos los chavales alucinando. Buen relato. Un saludo
ResponderEliminarEsa era la idea, Toni. Me alegra que hayas pasado un buen rato leyéndolo.
EliminarUn saludo.
Sigo atenta todos tus relatos esperando el momento de poder leer tu primer libro. Espero que no me hagas esperar mucho mas
ResponderEliminarbess
El libro marcha a muy buen ritmo, Alexia. Pero, mientras llega, espero que sigas disfrutando con mis relatos.
EliminarUn beso.
Está bien escrito. Es una histporia normalita aunque engancha y se hace corta de leer.
ResponderEliminarUn saludo
Si consideras que está bien escrito, me doy por satisfecho. Espero lograr sorprenderte con las siguientes historias.
EliminarUn saludo.
En el pueblo donde nací hay un hombre que pesca de forma parecida. Se coloca en medio del río y en esa ubicación pasa horas pescando, eso si, utiliza una caña y no hace danzas rituales ^^
ResponderEliminarMuy bonito relato
Un beso
Quizás hace su ritual a primera hora, cuando nadie lo ve... Nunca se sabe... Me alegra que te haya gustado, Débora.
EliminarUn beso.
Una entrada muy entreñable y a la vez inqietante. ¿Quien es ese principe tan agobiado?¿Quizas uno de los protagonistas de la saga?
ResponderEliminarbesos
Quizás sí o quizás no... Es algo que descubrirás en unos meses... Jajaja.
EliminarUn beso.
Me encanta, es normal que solo quisiera ser un niño, sin todo el peso que conlleva hacerse adulto y vivir entre ellos...
ResponderEliminarUn beso.
Totalmente de acuerdo contigo, Mara. El pobre tiene demasiado peso sobre sus hombros... Upsss, casi hablo de más....
EliminarUn beso.
Me gusta tu relato, eres creativo, besos
ResponderEliminarGracias, Hanna. Y tú, concisa y directa.
EliminarUn beso.
cada vez que vea ahora a un pescador en un rio me quedare mirandolo haber si empieza a dar vueltas y a levantar los brazos :]
ResponderEliminarQuién sabe, quizás más de uno te sorprenda... jajaja
EliminarUn saludo.
Es dura la vida de adulto y el paso de la infancia a la madurez.
ResponderEliminarHasta para un personaje de ficción, es lo que tiene crecer.
Buen relato.
Sin duda es un cambio largo y, en ocasiones, amargo. De ahí la frase que tanto nos gusta repetir de "en el fondo todos llevamos un niño dentro".
EliminarMe alegra verte por aquí y saber que te ha gustado el relato.
Un cordial saludo
Hola Miguel, bienvenido a mi blog, aquí me tienes fascinada siguiéndote.
ResponderEliminarLa sabiduría del viejo Dúrdol necesita de la paciencia y la observación, la serenidad, aquella que ignoran los inquietos, sanguíneos guerreros. Para pescar peces en el río de la vida los muchachos deben escuchar lo que encierran las leyendas venidas de todos los tiempos.
Mágico, intenso, relato !Salve!
Hola, Natalia.
EliminarHermoso comentario el tuyo que casi podría formar parte del propio relato.
Qué difícil resulta pescar en el río de la vida y más si tienes que hacerlo, como en ocasiones, a contracorriente.
Gracias por pasarte y comentar.
Un abrazo
Hola Miguel, vengo a visitar tu reino, este relato tan lleno de magia y que encierra sabiduría, me ha gustado mucho. Seguiré leyéndote, para lo cual me quedo como seguidora.
ResponderEliminarUn saludo
rosa
Hola. Rosa.
EliminarMe alegra mucho tenerte por aquí. Espero que puedas disfrutar al leer lo que de forma humilde voy escribiendo.
Un saludo
Hola Miguel, buenas noches, paso a dejarle un saludo, he leído un bello relato de un par de entradas mas atrás, "El mendigo, es precioso, volveré para seguir leyendo tan interesantes y buenos relatos, le felicito, gracias por compartir sus letras. Un abrazo.
ResponderEliminarLola Barea.
Hola, Lola.
EliminarGracias a ti por querer leer lo que escribo. Para mí es un verdadero placer tenerte por aquí.
Un abrazo
Recien llegada tu blog y alucinando con lo bien que escribes. Una pena que aun no pueda leer tu primer libro. Me pasaré todas las semanas para seguir de cerca lo que nos vayas contando
ResponderEliminarBesos y abrazos de una admiradora
Biénvenida, Ana.
EliminarEs un placer tenerte por aquí y espero que sigas enganchada a los relatos semanales.
Ya queda menos para que el libro esté terminado.
Un fuerte abrazo
Sin palabras. Cada vez que paso por aquí me quedo muda, y eso en mi es raro jajajaja Un texto precioso, me ha llegado al alma.
ResponderEliminarBravo ;)
Un besote!
Gracias, Elena.
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado.
Un beso
Cape Verde Adaları yurtdışı kargo
ResponderEliminarCayman Adaları yurtdışı kargo
Cebelitarık yurtdışı kargo
Burkina Faso yurtdışı kargo
Ceutaya yurtdışı kargo
FESA