Un
profundo y sentido pinchazo seguido de varias gotas de sangre cayendo sobre el
agua del pilón indicaban que Talkarn
había vuelto a cortarse el rostro. Llevaba un buen rato afeitándose con esmero
pero no terminaba de hacerse con el manejo de la hoja afilada que cogió
prestada de la herrería. Después de años luciendo una indomable barba había
decidido cortarla ante la sorpresa de amigos y compañeros de armas. Talkarn
era miembro de la guardia real de Myrthya
y su arrojo y valentía contrastaban con su torpeza en el arte de la seducción.
Desde que era joven pretendía a Aliatne,
una dulce sirvienta que trabajaba en una de las tabernas de la ciudad de Myrthelaya, pero jamás se había atrevido
a decirle nada que no fuera para pedir otra ronda o alabar el sabor de la
cerveza que la doncella servía, ¡cómo si la hubiera elaborado ella misma!
Cansado de ver cómo una y otra noche
Aliatne era cortejada por decenas de
hombres, el bravo y apuesto soldado se decidió a tomar la iniciativa y pasar a
la acción. Debía conquistar a aquella belleza y hacer que se enamorara de él.
Para ello, Talkarn se puso en manos
de Melandrón, un aprendiz de mago de
segundo orden que se jactaba de tener gran experiencia en las artes amatorias a
pesar de su aspecto desgalichado y su afamada torpeza. El hechicero solía
presumir de ser el único de todo el reino capaz de conquistar el corazón de Marah, la capitana de la guardia real,
así que era la persona perfecta para dirigirlo en la misión más importante que
nunca había afrontado.
Durante dos semanas tuvo que acudir junto a Melandrón para que le enseñara cómo debía hablar, mirar, parpadear, guiñar los ojos y comportarse ante una mujer. La lección más difícil fue la del beso. Ante la sorpresa de Talkarn, el mago se puso una peluca rubia y pidió al soldado que lo besara, a lo que por supuesto se negó.
- Vamos a ver. ¿Has besado alguna vez a una mujer?-, preguntó el hechicero.
Durante dos semanas tuvo que acudir junto a Melandrón para que le enseñara cómo debía hablar, mirar, parpadear, guiñar los ojos y comportarse ante una mujer. La lección más difícil fue la del beso. Ante la sorpresa de Talkarn, el mago se puso una peluca rubia y pidió al soldado que lo besara, a lo que por supuesto se negó.
- Vamos a ver. ¿Has besado alguna vez a una mujer?-, preguntó el hechicero.
- ¡Por supuesto!-, contestó ofendido
Talkarn.
- ¿Y que no fueran rameras?-, volvió
a interrogar Melandrón.
- Ah, pues no. Todas eran furcias.
¿Es qué no es lo mismo?-, cuestionaba el soldado.
- ¡Claro que no, insensato! ¡¿Cómo va a ser lo mismo?! A una hembra de verdad hay que besarla con dulzura, rozando sus labios con suavidad, acariciando su rostro al tiempo que tu boca se funde con la suya-, señalaba el supuesto experto en mujeres.
- ¡Venga!, cierra los ojos e intenta imaginar que soy Aliatne, a ver cómo te portas.
Talkarn, con más vergüenza que pasión y más repulsión que placer, cerró sus ojos y unió sus labios a los de Melandrón, que permaneció un instante meditativo tras aquel destartalado beso.
- ¡Claro que no, insensato! ¡¿Cómo va a ser lo mismo?! A una hembra de verdad hay que besarla con dulzura, rozando sus labios con suavidad, acariciando su rostro al tiempo que tu boca se funde con la suya-, señalaba el supuesto experto en mujeres.
- ¡Venga!, cierra los ojos e intenta imaginar que soy Aliatne, a ver cómo te portas.
Talkarn, con más vergüenza que pasión y más repulsión que placer, cerró sus ojos y unió sus labios a los de Melandrón, que permaneció un instante meditativo tras aquel destartalado beso.
- Bueno, no ha estado mal-, dijo el
aprendiz de mago. -Hay dos cosas que tienes que recordar. La primera es
introducir tu lengua dentro de la boca de la mujer. Eso les encanta. Y la
segunda es no olvidar agarrar su culo con fuerza justo en el momento en que la
beses. Hazlo así y te aseguro que esta misma noche será tuya.
Y el momento había llegado. Una vez
que hubo afeitado su barba, Talkarn
salió en dirección a la taberna donde encontraría a Aliatne. El soldado caminaba nervioso intentando recordar todas las
enseñanzas de Melandrón. Cuando llegó
al mesón abrió la puerta y entró. Por suerte la noche era desapacible y no
estaba muy concurrido. Escogió una mesa cerca de una ventana y esperó a que la
bella muchacha se acercara. Cuando Aliatne
se percató de su presencia se aproximó a la mesa y le preguntó si le traía lo
de siempre, a lo que Talkarn asintió.
De regreso con una jarra a rebosar de cerveza, la doncella se extrañó ante el
absurdo parpadear que estaba haciendo el soldado.
- ¿Te encuentras bien?-, le preguntó
preocupada.
- Sí, claro, estupendamente-, contestó Talkarn mientras ponía una pierna sobre la otra y elevaba su barbilla hasta que sus ojos casi no se cruzaban con los de Aliatne.
- Sí, claro, estupendamente-, contestó Talkarn mientras ponía una pierna sobre la otra y elevaba su barbilla hasta que sus ojos casi no se cruzaban con los de Aliatne.
La mujer se marchó y Talkarn bebió su jarra de un trago
alentado por los nervios que agarrotaban sus músculos. Buscó a Aliatne y le hizo una señal para que le
trajera más bebida. Cuando la joven llegó con más cerveza, el soldado la
recibió guiñándole un ojo y sacando la lengua para humedecerse los labios. La
sirvienta lo volvió a mirar con asombro y le dejó la bebida sobre la mesa. Talkarn no se atrevió a decir nada. De
hecho se bebió una jarra tras otra, hasta completar diez, sin pronunciar
palabra. Cada vez que Aliatne llegaba
dónde él estaba, cambiaba de postura, le hacía gestos de lo más variopintos o
dibujaba en su rostro una sonrisa desmesurada.
Finalmente, guiado más por lo que
había ingerido que por la valentía que se le presuponía, se decidió. Volvió a
llamar a la muchacha y cuando apareció con la cerveza, el soldado se levantó, la
agarró por la cintura y la besó apasionadamente introduciendo la lengua en su
boca como bien le había explicado el torpe aprendiz de hechicero. Luego agarró
con su mano derecha el trasero de Aliatne
con fuerza…
… El sonido del bofetón se escuchó a
manzanas de distancia.
Talkarn se levantó con la mano en su mejilla y se encaminó trastabillándose hacia la puerta entre las carcajadas de todos los que allí se encontraban. Una vez fuera respiró hondo, tragó saliva y se dirigió en busca de cierto aprendiz de mago con el que sin duda tendría una, ¿cómo llamarlo?, sí, una interesante y distendida conversación sobre cómo infligir dolor a un chapucero fanfarrón.
Talkarn se levantó con la mano en su mejilla y se encaminó trastabillándose hacia la puerta entre las carcajadas de todos los que allí se encontraban. Una vez fuera respiró hondo, tragó saliva y se dirigió en busca de cierto aprendiz de mago con el que sin duda tendría una, ¿cómo llamarlo?, sí, una interesante y distendida conversación sobre cómo infligir dolor a un chapucero fanfarrón.
Las mujeres son un regalo de la naturaleza de impredicible comportamiento. Ninguna reacciona igual que otra, por lo que no puede existir un manual para conquistarlas.
ResponderEliminarMe he reido mucho leyendo este relato. Mis más sinceras felicitaciones, amigo escribiente.
Saludos templarios.
Muy bonitas palabras
EliminarDí que sí, Richard, sacando a relucir la labia del caballero que eres.
EliminarUn cordial saludo
jajajajajajaja pobre hombre jajajajajaaja
ResponderEliminarSí, sí, tú ríete, Juan, pero el trompazo no se lo quita nadie ;)
EliminarUn saludo
Muy divertido. Me he reido mucho leyendo las pericias de este guerrero conquistador :)
ResponderEliminarBesos
Me alegra que te haya gustado, Deb.
EliminarUn beso
no sabes lo que se agradece el empezar un lunes por la mañana con una sonrisa. lo hemos leido varias compañeras de trabajo y estamos todas muertas de la risa. ^^
ResponderEliminarbesitos
No sabes lo que me alegra leer eso, Joanna. De ser así sólo puedo decir una cosa: Misión cumplida.
EliminarUn beso
Solo cinco palabras salen de mi boca.....GRACIAS POR ALEGRARME LA MAÑANA........
ResponderEliminarY yo te contestaré con otras cinco: Gracias a ti por leerme.
EliminarUn abrazo
je je Muy bueno, Miguel. Muy divertido
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Martina.
EliminarMe alegro de saber que te ha gustado.
Un abrazo
Me ha encantado :)
ResponderEliminarHace no mucho yo tuve una situación parecida y no le di una bofetada pero si un buen empujón.
¡Un abrazo!
¿Pero llegó a tomarse tantas cervezas antes de decidirse? ;)
EliminarGracias por tu comentario, Mari Cruz.
Un abrazo
Hola Miguel,
ResponderEliminarleer lo que escribes es siempre un viajar en el tiempo lleno de aventuras y emociones
Que graciosa es esta historia.
Un post muy lindo :D
muchos besos
Gracias, Marga.
EliminarMe alegra mucho saber que te ha gustado y que te has divertido.
Un beso
Muy buena historia.Divertida y entretenida.Tienes un don y mucho talento. Es una entrada genial.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por tus palabras, Toni.
EliminarUn abrazo
Aun estoy riéndome de pensar en el bravo guerrero todo nervioso pidiendo una cerveza tras otra sin atreverse y al final... XD
ResponderEliminarEnorabuena, vuelves a triunfar una semana mas
BESITOS
Yoli
Gracias, Yoli.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un beso
Divertido relato.Me ha gustado mucho.Gracias por compartirlo
ResponderEliminarSaludos
Gracias a ti por leerlo, Laura.
EliminarUn saludo
JAJAJAJAJAJAJJAJAJA
ResponderEliminarIntuyo que te ha gustado, Narciso ;)
EliminarUn saludo
Jajaja. Me ha encantado. Me gusta ese mago!!! Cuéntanos más sobre él, sobre todo si es tan divertido. Necesitamos reír. Gracias
ResponderEliminarBueno, ahora que estamos a solas y no nos lee nadie te diré que ese mago dará mucho que hablar en la saga.
EliminarGracias a ti.
Un beso
Pero mira que me gusta como escribes, para mi eres un maestro, pero este post me ha hecho reir y eso no tiene precio. Creo que nunca había disfrutado tanto leyendo algo tan divertido.
ResponderEliminar¡¡¡ERES GENIAL!!!.
Un besote enorme
Vaya, me has sacado los colores, Juana.
EliminarMil gracias por tus palabras.
Un beso
Empecé leyendo cosas tuyas de cuando en cuando y ahora no hay una semana que pueda pasar sin leerte. La sencillez con la que escribes y lo que transmites con ese estilo te convierten en un gran escritor. No me extraña que tengas ya tantos seguidores. Un abrazo, Miguel.
ResponderEliminarMe siento alagado por tus palabras, Valeria. Para mí es un verdadero honor tenerte por aquí semana a semana.
EliminarUn abrazo
Como diría un amigo mío ""al menos lo intenté"" ^_^
ResponderEliminarUna historia muy graciosa :)
Besines
Por intentarlo que no quede ;)
EliminarGracias, Belén.
Un beso
Ay pobre jajajajaja
ResponderEliminarHoy nos has dado a conocer tu lado guasón y debo decir que me gusta
saludos
No sabes cuanto me alegro. Ese era el objetivo al escribir este relato.
EliminarUn saludo
Al parecer ninguno de los dos sabía mucho sobre mujeres...
ResponderEliminarMe gustó!!!
Besos
Eso parece, Laura ;)
EliminarMe alegra mucho verte por aquí.
Un beso
pero como iba a salir bien con el pedo que debía llevar despues de tantas cervezas??????? XD
ResponderEliminarSí, la verdad es que no apuntaba bien desde el prinicipio ;)
EliminarUn saludo y gracias por pasarte.
Muy bueno Miguel!!! Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra mucho verte por aquí.
EliminarUn abrazo
Aventura, misterio, amor, terror, poesía...hasta ahora habías tocado todos los géneros conocidos en tus diferentes relatos.Te faltaba la comedia y también has demostrado que es un género en el que te sabes defender. La pregunta es, ¿hay algo que no seas capaz de escribir? ¡ENHORABUENA! Es muy gracioso leer las desventuras de este mago y el guerrero
ResponderEliminarUn beso
Agradezco mucho tu comnetario y tu apoyo, Teresa. Me alegra saber que te gusta lo que escribo.
EliminarUn beso
Me ha encantado miguel, especialmente el momento del beso de ensayo entre ellos dos, es muy divertido. ¿quién no se ha puesto a enseyar delante del espejo alguna vez la manera de conquistar un amor difícil, verdad?
ResponderEliminarBesos
Bueno, espero no tener que responder a eso ;)
EliminarGracias por pasarte, Susana.
Un beso
jajajaja si yo fuera ese mago correria a esconderme en el fin del mundo
ResponderEliminarSí, yo creo que haría lo mismo, al menos hasta que Talkarn se tranquilice y olvide el ridículo que ha hecho.
EliminarUn saludo
uy, pobrecito ^^__^^
ResponderEliminares una historia que contagia risa :]
besitos!
Me alegro de que te haya gustado, Sara.
EliminarUn beso
jajajajajajajajajaajjajaja fantástico!!!!!!!!!
ResponderEliminarGracias, me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn saludo
Hola Miguel,
ResponderEliminarMuy buena historia y muy divertida !!
estoy conociendo tu blog y me gusta, gracias por seguir el mio. Besos
Gracias, Hanna.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Es un placer tenerte por aquí.
Un beso