Viajeros de Mundo Conocido


Este blog pretende poner al seguidor de El Heredero de los Seis Reinos en contacto con los personajes, territorios, historias y tramas que envuelven esta saga de fantasía. Con una periodicidad semanal se subirán relatos y leyendas que tendrán como protagonistas a personajes y hechos que irán apareciendo en las novelas de forma secundaria. Sin duda, el blog Historias de los Seis Reinos será siempre un punto de referencia al que acudir.

lunes, 30 de junio de 2014

Relato nº 67: La traición


Tenían que elegir; vivir o morir, y optaron por continuar respirando aunque eso significara destruir su humanidad.
            Los sorprendieron de noche, cuando la tormenta les permitió abandonar la cueva en la que llevaban ocultos desde hacía días. El hambre y la sed fueron sus aliados en tan estúpida decisión. Cualquiera con la mente lúcida sabe que los Montes Sima son peligrosos mientras el sol brilla en el cielo y temibles durante el reinado de Dalurne, pero sus estómagos vacíos los empujaron hacia el cruel destino que los aguardaba obviando las advertencias de su mente.
            Eran ocho y formaban una pequeña avanzadilla. El jefe de su clan los había enviado para inspeccionar el terreno e informar a la Guardia del Témpano de la posición de las tropas utsurianas en cuanto alcanzaran la ladera de la montaña, pero una terrible tempestad los obligó a guarecerse sin alimentos en una tétrica cueva que ni los osos utilizaban. Sus paredes eran lisas, sin recovecos para que los pequeños animales se guarecieran, la luz no entraba por ningún agujero y el frío impregnaba el ambiente. Durante días se mantuvieron ocultos en aquella terrorífica gruta, derritiendo la nieve para beberla y sin nada que llevarse a sus hambrientas bocas.
            Por eso, cuando la tormenta cesó y se abrió un pequeño hueco en la pared de hielo que se había formado sobre la entrada, salieron sin atender las múltiples señales de advertencia que sus conciencias les enviaban.


            Apenas tuvieron tiempo de comer ni de saborear su ansiada libertad. Sus enemigos tardaron menos en capturarlos que lo que emplea la nieve en cubrir los campos kalandryanos. Ni siquiera pudieron oponer resistencia porque los superaban en número y en ferocidad. Los utsurianos se parapetaban tras armas que ellos jamás soñaron en sus peores pesadillas. Espadas de doble filo más altas que sus portadores competían en grandiosidad con unas hachas rematadas con puntas de un material que brillaba como Dalurne en las noches más claras. A la espalda portaban mazas de grandes dimensiones con puntas que repicaban constantemente al contacto con las corazas de los guerreros.
Sabían que el final había llegado y, en contra de lo que imaginaron en millones de ocasiones, no lo enfrentaron con valentía sino con un temor caliente que corroía sus entrañas sin piedad. El miedo a la oscuridad y al silencio absoluto de la muerte se apoderó de ellos, invadiendo cada poro de su piel y cada gota de su sangre.
Por eso, Anedray y Shegarki no lo dudaron cuando los enemigos les abrieron una puerta a la esperanza. Sólo tenían que delatar a sus compañeros, describir el contingente de la Guardia del Témpano que se dirigía hacia los Montes Sima y narrar con todo detalle cuáles eran las intenciones del señor de Kalandrya.
Y lo hicieron. Pusieron tanto empeño en ganar su libertad que no les quedó nada por describir. Con cada palabra se escapaba un halo de vida de sus maltrechos cuerpos. Se mantuvieron inertes mientras los utsurianos destrozaban a cinco de sus camaradas. Tampoco se movieron cuando los guerreros marcharon a tender una emboscada a las fuerzas kalandryanas. Fueron incapaces de articular sus brazos y piernas cuando la nieve comenzó a caer sobre sus cuerpos…
No sabían cuánto tiempo pasaron allí, inmóviles cual marionetas a las que han cortado sus hilos. Sólo el sonido del hierro de una espada contra las rocas las despertó. Apenas tuvieron que moverse para ocultarse ya que la nieve las cubría por completo cuando el guerrero pasó junto a ellas. Se trataba de uno de sus compañeros que había sobrevivido ocultándose en la cueva.
Su instinto las llevó a saltar sobre él como dos druzgos salvajes. Lo aprisionaron con fuerza bajo sus cuerpos sin permitirle pronunciar palabra.



Sólo quedaba una decisión que tomar; matarlo para salvar su honor y que nadie descubriera su traición, o salvar el único resto de humanidad que les quedaba y perdonarle la vida permitiéndolo huir…

52 comentarios:

  1. Inesperada y sorprendente, como siempre. Lo único que no me gusta nada es no saber qué ocurre con mis amados kalandryanos... Resuélvelo pronto, por favor.
    Un beso.

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    1. ¿Resolver?... No prometo nada, Mar ;)
      Gracias por pasarte.
      Un beso

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  2. Si es que no es bueno fiarse de las mujeres, nunca debes darnos la espalda ;-)

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  3. compre tu libro hace una semana y me encanto así que voy a ponerme al día con tus relatos porque me he quedado con ganas de mas. un saludo

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    1. Me alegra mucho tenerte por aquí, Sara.
      Biénvenida a Mundo Conocido.
      Un saludo

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  4. Mujeres!!!!! Jejeje
    Muy bueno
    Saludos

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    1. Emm, sí, eso es, mujeres, Gabi. Veo que lo has leido ;)
      Un saludo y muchas gracias por dejarte caer por aquí.

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  5. No hay nada peor que la traición. Por eso me alegro de que hayan muerto poco a poco, aunque haya sido internamente.
    Un gran relato.
    Un beso

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    1. Gracias, Teresa.
      Me alegra saber que te ha gustado.
      Un beso

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  6. Genial como siempre amigo, cada frase provoca una imagen mental bien clara de la situación.
    ¡Saludos!

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  7. Hola Miguel.
    Un relato genial, me ha encantado.
    Un saludo

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    1. Me alegro mucho, Scooby, de que te haya gustado.
      Un saludo

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  8. He leido esta historia con la misma ilusión que leo todo lo que escribes desde hace unos meses y no me has vuelto a defraudar. Vale, lo reconozco, soy una fan incondicional tuya ^_^ Besos

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    1. No sabes cuánto me alegra leer estas palabras, Marga.
      Un beso

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  9. yo mas que no fiarse de las mujeres lo llamo instinto de supervivencia
    besos y feliz semana *-*

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    1. Así es, Elena. Lo has definido perfectamente.
      Un beso y feliz semana para ti también.

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  10. Dios! No me había fijado que tenías ya tantos seguidores y visitas. Cuando empecé a seguirte eramos muy poquitos =O
    ya sabes que te envidio desde el buen sentido de la palabra. eres un monstruo escribiendo.. leo poco, y de lo poco que leo tú eres mi preferido
    un abrazo

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    1. Vaya, Carlos. Me dejas sin palabras.
      Muchas gracias por seguir por aquí después de tanto tiempo.
      Un abrazo

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  11. Fantástico. Es una historia escrita desde esa imaginación desbordante que tienes y al mismo tiempo muy real y actual porque tocas temas como la traición y la deslealtad, o dicho de otro modo, la corrupción de las personas

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    1. Supongo que son palabras válidas para cualquier tiempo o realidad.
      Gracias por pasarte, Laura.
      Un abrazo

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  12. que bien montado lo tienes,estoy flipando con la lectura del libro y con todo lo que lo rodea ¡¡¡salu2!!!

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    1. Me alegro mucho.
      Gracias por entrar en mi Mundo Conocido.
      Un saludo

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  13. Alaa, ya estás poniendonos de malisimas jajaja gracias por este estupendo relato.
    Un besote ;)

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    1. ¿Yo? ¡Qué va! ;)
      Gracias por dejarte caer por aquí, Juana.
      Un beso

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  14. UN RELATO GENIAL.
    YO NO CREO QUE LAS MUJERES SALGAN MAL PARADAS EN LA HISTORIA YA QUE EL FINAL SE QUEDA ABIERTO A QUE LE PERDONEN LA VIDA Y RECUPEREN SU HONOR

    UN SALUDO

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    1. Así es, Juan. Que cada uno interprete a su elección.
      Me alegra saber que te ha gustado.
      Un saludo

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  15. El relato me parece muy bueno, y la temática da para pensar. El instinto de supervivencia es impredecible y no se debe juzgar a nadie sólo por como se comporta en situaciones donde vemos peligrar nuestra vida.
    Un abrazo

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  16. Qué bueno, Miguel, esos momentos de tensión que plasmas en tus textos son fantasticos. Me encanta imaginar lo que se le pasó por la cabeza a las dos guerreras en aquella cueva rodeadas de enemigos.
    Mi aplauso mas sonoro para ti y tu mundo conocido

    ¡Abrazos por mil!

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    1. Muchísimas gracias, Alexia.
      Me han encantado tus palabras.
      Un abrazo

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  17. ¡Ha sido un microrrelato fabuloso! Muy intenso y muy bien narrado. Tras leer el libro, tenía un concepto de los kalandryanos-as de ser gentes de honor imperturbable.Pobre hombre, me equivoqué... ;)

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    1. Gracias Salva.
      No, descuida, no te has equivocado. Para mí los kalandryanos son gentes de honor, pero en todo rebaño hay ovejas negras, ¿no es cierto?
      Un saludo

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  18. ¡qué bueno!, me ha gustado mucho. Yo me puse el reto de aprender a escribir hace un tiempo y tras garabatear muchas hojas llegué a la conclusión de que no tengo ni idea ^^, pero no lo he dejado.. a ver como termino.
    Saluditos.

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    1. Eso es lo importante, Belén, no dejarlo nunca y seguir con ilusión. A mí aún me queda mucho por aprender y trabajo cada día para superarme.
      Un saludo

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  19. Uno más que añadir al listado de relatos fantásticos.Nos ha encantado
    abrazos

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    1. Y yo que me alegro, pareja.
      Gracias por pasaros y leer.
      Un abrazo para los dos

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  20. No es buena forma de morir la traición, aunque como bien dices al final del texto, no hay por que pensar que finalmente lo mataron :)
    ¡¡¡Un besito!!!

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    1. Así es, Verónica.
      Yo prefiero pensar que no lo han hecho, ¿y tú?
      Un beso

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  21. Hola Miguel,
    Me ha gustado mucho este relato. Has sabido reflejar la tensión del momento en el que están escondidos y la angustia de las dos mujeres para salvar su vida. Como alguien ha dicho ya, el instinto de supervivencia es impredecible.
    Te deso un feliz fin de semana.
    Besos

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    1. Mil gracias, Ainhoa.
      Me alegra mucho saber que te ha gustado.
      Un beso

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  22. Precioso relato, me encantó leerte.
    Un abrazo fuerte.

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    1. Gracias Luisa.
      A mí me encantó tenerte por aquí una semana más.
      Un abrazo

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  23. Y otra vez nos quedamos con las ganas de saber como termina!!! ^^
    Besitos!!!!

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  24. un magnífico relato. enhorabuena

    un abrazo

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    1. Gracias Fernando.
      Me alegro de que te haya gustado.
      Un abrazo

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