No estábamos seguros de si vendrían, pero aquí están. Han aparecido entre la espesura del bosque y han rodeado el cuerpo inerte de su compañero, de su amigo, de su hermano.
Todo es silencio. El murmullo de las hojas de los árboles moviéndose con la suave brisa es lo único que mis oídos pueden percibir. Nunca se los ha visto en grupo fuera de la protección del bosque… Su bosque.
Ninguno de los presentes decimos nada, tampoco creo que sea una buena idea. Las leyendas sobre estos seres se contaban por miles y algunas de ellas no eran muy agradables.
No dejaban de ser leyendas.
Solo me había cruzado en mi vida con uno de ellos. Había preferido siempre mantener la distancia. Cualquiera que haya vivido en nuestra aldea los había visto y podía contar alguna historia en la que se han visto implicados.
La mía ocurrió hacía veinte años.
…
Corríamos jugando a caballeros y princesas junto al linde del bosque. Julsgar chocaba su espada de madera contra la mía mientras Dhilene nos preguntaba a gritos quién sería el apuesto príncipe que la rescataría de los malvados ulldos. Sin tiempo a darnos cuenta, habíamos cruzado la frontera que nunca se debe atravesar y nos adentramos en uno de sus bosque.
— No deberíamos estar aquí —dijo Dhilene con voz temblorosa cuando se dio cuenta de que la luz del sol apenas podía abrirse camino entre la frondosa arboleda.
Pero era demasiado tarde. Me aleje de mis amigos imaginando que montaba un fantástico corcel y no me paré a pensar que había penetrado en el lugar prohibido donde tantas veces me habían repetido mis padres que no debía acercarme.
— Escúchame, hijo mío —me decía mi madre. —Tu padre y yo te hemos prevenido en varias ocasiones sobre el cuidado que debemos tener los habitantes de nuestro pueblo con los moradores de los bosques.
— Claro, madre, lo sé.
— Y
por eso no quiero que entres nunca en el bosque para molestarlos, al igual que
ellos no se acercan a nuestra aldea.
—
Sí madre, no te preocupes.
Esta conversación la teníamos al menos una vez por semana, pero supongo que a un muchacho de diez años era mucho pedirle que tuviera en cuenta esta advertencia. Por ese motivo siempre jugábamos en el límite del bosque, eso no estaba prohibido y resultaba emocionante…
El suelo del bosque estaba cubierto de hojas de colores ocres empapadas por la lluvia caída la noche anterior. Los árboles eran altos y de troncos muy anchos. Había cientos y estaban pegados unos a otros, lo que hacía que sus grandes raíces se entrecruzaran como si de poderosos brazos se tratara.
En el bosque el cielo era de hojas. Apenas un tenue rayo de luz solar era capaz de atravesar el mar de ramas que cubría las copas de los árboles. Recuerdo que mi abuelo me decía que en el pueblo había día y noche pero que allí enfrente, en la gran arboleda, siempre reinaba la oscuridad. ¡Qué razón tenía!
Me detuve al observar en el suelo una piedra que brillaba. Al agacharme a cogerla, pude ver por el rabillo del ojo una sombra que se movía. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y recuerdo que mis manos comenzaron a sudar. Cogí la piedra mientras me incorporaba lentamente, al tiempo que giraba la cabeza hacia mi derecha. Entonces lo ví. Se me hizo un nudo en la garganta que me impedía tragar saliva. Había oído a vecinos del pueblo narrar sus respectivos encuentros con los ulldos y recuerdo que nunca tuve miedo al escuchar los relatos, pero ahora era diferente. Aquello no era una historia, lo estaba viviendo.
Me puse de pie y miré la figura que permanecía inmóvil frente a mí. Era muy alto, al menos para un niño de mi edad. Sus piernas y brazos estaban cubiertos de pequeñas ramas que se movían continuamente entrelazándose unas con otras. Parecían como raíces circulando sin parar en todos los sentidos. El torso era una especie de red de hojas secas de diferentes colores, inertes, como petrificadas. No sabría decir la forma exacta de la cabeza ya que el musgo y el liquen la cubrían completamente dejando unas pequeñas aberturas en los lugares donde se le presuponían los ojos y la boca.
— P...Perdone,
no era mi intención entrar —dije tartamudeando. —Sé que no tenemos que venir al
bosque y también que a ustedes no les gusta que les molesten.
La figura, que hasta ese momento había permanecido estática, giró su cabeza hacia la espada de madera que se me había caido al suelo. Me miró de nuevo y después se agachó recogiéndola. Luego se volvió hacia mí, extendió uno de sus brazos y me la ofreció. Yo elevé mis dos manos temblorosas mientas acerté a balbucear:
— Gra…gracias.
Me alejé caminando de espaldas sin perder de vista a ese ser que volvía a permanecer inmóvil.
Cuando llegué al límite del bosque escuché a Dhilene cómo me llamaba a gritos.
— ¡Aquí, aquí estoy! —respondí.
La figura, que hasta ese momento había permanecido estática, giró su cabeza hacia la espada de madera que se me había caido al suelo. Me miró de nuevo y después se agachó recogiéndola. Luego se volvió hacia mí, extendió uno de sus brazos y me la ofreció. Yo elevé mis dos manos temblorosas mientas acerté a balbucear:
— Gra…gracias.
Me alejé caminando de espaldas sin perder de vista a ese ser que volvía a permanecer inmóvil.
Cuando llegué al límite del bosque escuché a Dhilene cómo me llamaba a gritos.
— ¡Aquí, aquí estoy! —respondí.
—
¿Estás bien? ¡Qué susto nos has dado!
—
Tranquila. No creerás lo que me ha ocurrido. ¿Y Julsgar? —pregunté.
— Ha
ido a avisar a tus padres.
—
¡Vaya, esta vez no me libro del castigo!
…
Nadie sabe con certeza qué ha ocurrido. Al parecer, un emisario que galopaba en los límites del bosque perdió el control de su caballo y el animal se abalanzó sobre la pequeña Iratsu, la hija del herrero, que paseaba con su madre recogiendo ramas secas para encender la chimenea. Un instante antes de que el corcel arrollara a la niña, un ulldo salió de entre los árboles y con una velocidad sorprendente se interpuso entre el caballo y la muchacha, siendo golpeado y arrastrado por el jamelgo.
De inmediato, varios aldeanos acudieron a socorrerlo y lo llevaron a casa del curandero, que nada pudo hacer por salvar aquel cuerpo que no conocía. Lo envolvió en una tela blanca transparente y entre varios hombres lo llevaron al prado donde yo jugaba cuando era pequeño.
La noticia ha corrido como la espuma y, poco a poco, todos los habitantes del pueblo nos hemos acercado junto al linde del bosque, donde se encuentra el cuerpo, para presentar nuestros respetos por este enigmático ser.
Nunca los había oído hablar ni emitir sonido alguno, pero cuando han recogido el cadáver de su compañero, han comenzado a emitir una especie de silbido melódico que sonaba como la más dulce de las melodías. Dentro de la tristeza que lo envuelve todo, es hermoso verlos alejarse portando a su hermano fallecido.
Un muchacho corre tras ellos gritando y haciendo que el cortejo se detenga antes de penetrar en la arboleda. Se acerca al cuerpo inerte con lágrimas en los ojos y deposita sobre él una espada de madera. Uno de los ulldos acaricia la cabeza del niño antes de continuar su camino hasta adentrarse en el bosque.
La muerte termina siendo para todos el final de un largo recorrido con independencia de cual sea su origen o raíz.
Presiento que desde hoy algo va a cambiar en la convivencia entre los habitantes de este pueblo y los ulldos.
La suave brisa ha cesado y el silencio reina en el ambiente. Todos miramos con tristeza hacia los árboles del bosque, de donde nos llega una melodía triste y cautivadora.
Buenas noches Miguel. Acabas de publicarla y la esperaba para leerla antes de dormir. Me ha encantado. Es una historia que auna diferentes valores como la amistad, el valor, el compañerismo... Simplemente genial.
ResponderEliminarTe mando un beso muy grande
Muchas gracias por tus palabras, Rosa.
EliminarMe alegra que haya merecido la pena aguantar despierta.
Un beso
buenisimoooooo!!!!!!!!!
ResponderEliminarsalu2
Gracias, Juan.
EliminarUn saludo
hola, me ha parecido una historia muy interesante. estoy deseando saber mas de estos hombres arbol, gracias por compartirla
ResponderEliminarGracias a ti por leerla, Ainhoa.
EliminarUn abrazo
Excelente y mucho más.
ResponderEliminarSaludos! =)
Gracias, Irene.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Un saludo
*O*
ResponderEliminar¡Me encanta! Ya estoy esperando con grandes ansias el siguiente y deseando leer tu primera novela. ¡Muchas gracias por esta oportunidad que me das cada semana de leer un pedazito de tu mundo fantástico! :3 Un beso
Muchas gracias a ti, Melisa, por querer leerlo.
EliminarUn beso
Vaya potaje de sentimientos entremezclados. Es un relato precioso. Me gustan estos seres y como viven aparentemente al margen de los humanos, pero llegado el momento demuestran que no se puede vivir sin cooperación.
ResponderEliminarBesos y feliz semana.
Gran resumen del relato, Susana.
EliminarMe alegro de que te haya gustado.
Un beso
Me ha encantado este escrito Miguel, hasta el título me parece exquisito. Está claro que los prejuicios nos marcan desde pequeñitos y nunca sabes quien te sorprendera a pesar de su apariencia. Un abrazo grandeeee!!!!
ResponderEliminarGracias, Salva.
EliminarMe gusta la interpretación que haces del relato.
Un abrazo
Si el relato es genial, el final es un regalo.
ResponderEliminarAbrazos y besos
Muchísimas gracias, Joanna.
EliminarUn beso
se me han puesto los pelos de punta leyendo el momento en que se alejan con su compañero muerto
ResponderEliminarmuy buena historia
felicidades
Gracias, Scooby.
EliminarEl final es bastante emocional. Me alegro de que te haya gustado.
Un saludo
Hola! Tu relato me ha resultado muy interesante. Escribes de manera sencilla e intensa. Tus textos son fáciles de leer y eso es de agradecer :3 jaja
ResponderEliminarEn serio, es una historia realmente linda :_
Un beso..
Vicky♥
Agradezco mucho tu comentario, Vicky. Me alegra mucho saber que te ha gustado.
EliminarUn beso
Me gustan los personajes estos de los Uldos.
ResponderEliminarAparecerán en el primer libro de tu ssaga?
¡¡Un saludo!!
Pues me temo que no, mi buen amigo. Habrá que esperar al segundo libro para que podamos saber más sobre los ulldos.
EliminarUn saludo
La verdad es que me encanta la forma de escribir que tienes. Creo que me he leído todos los relatos que has escrito y no me canso. Ya le tengo ganas a los libros ;) Gracias por compartirlos.
ResponderEliminarSaludos!!!!
Gracias a ti, Narciso, por seguir por aquí fiel a la lectura de los relatos. Ya queda menos de un mes para que el libro esté disponible.
EliminarUn saludo
Grandioso como siempre, una narración clara y amena :)
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Hammer.
EliminarTus comentarios son siempre un privilegio.
Un saludo
La verdad es que he quedado encantada con la lectura de este relato, lo disfruté muchísimo, a pesar de que el género fantástico es muy juvenil y no es de los que más me interesa. De todas formas ya sabes que me engancha tu forma de escribir estos relatos y que espero impaciente el primer libro .^_^.
ResponderEliminarBesotes
Muchísimas gracias, Marga.
EliminarSí, el género fantástico suele estar ligado a un público juvenil, aunque, por suerte, somos muchos los adultos que disfrutamos con una buena lectura de fantasía.
Un beso
Una entrada impresionante!! me gustó muucho!!!!
ResponderEliminarGracias, Gabi.
EliminarMe alegro de saber que te ha gustado.
Un saludo
muy buena publicación.es una historia conmovedora.
ResponderEliminarbesos
Mil gracias, Teresa.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Un beso
Tus relatos están llenos de autenticidad y sinceridad, y eso es lo que los hace ser tan especiales y llegar tan hondo.
ResponderEliminarSeguiré, pues, visitando tu rinconcito para deleitarme con tan maravillosos escritos.
Besos desde Scotland
No sabes cuánto te lo agradezco. Para mí es un placer tenerte por este rinconcito.
EliminarUn beso
Ayyy como me gusta este relato. Me ha dado mucha penita al final :(
ResponderEliminarsiempre es un placer leerte.
Muchos besotes
El placer es mío por saber que te gusta lo que escribo, Mari Cruz.
EliminarUn beso
Una historia preciosa. Espero que los moradores de los bosques tengan un hueco en tu novela porque creo que se lo merecen. No me entusiasman los finales tristes, pero debo reconocer que este me ha emocionado.
ResponderEliminarUn besote
Lo tendrán, Mar. No en el primero de los libros, pero sí en el segundo.
EliminarUn beso
Reconozco que soy demasiado sentimental y creo que me ha dado un poco de pena XD Pero igual te digo que me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos y gracias por este estupendo relato :3
Gracias a ti, Martina.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Un beso
Está super bien escrito. Es adictivooo jajaja
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Amelia.
EliminarUn abrazo
un relato excelente.
ResponderEliminarenhorabuena!!!!!
Gracias, Elena.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo
¡Felicidades, seguro que si el libro mantiene la misma calidad que tus relatos será un éxito de ventas!
ResponderEliminarCruzaremos los dedos, Noe.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo
¡Woooo!
ResponderEliminar^^
No he podido meterme hasta ahora en el blog :)
Es de esos relatos que merece la pena leer un par de veces. Me ha gustado mucho la historia de estos hombres aebol y el final me ha emocionado cantidad.
Montones de besos!!!!
Gracias, Valen.
EliminarMe alegra mucho saber que te ha gustado.
Un beso
Hola!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, sobretodo por el tema que trata de la amistad y el compañerismo, además de las relaciones entre especies diferentes. Espero poder leer pronto tu libro
Un beso^^
Ya queda menos, Miriam.
EliminarUn beso
He leido por ahí que ya va a salir tu libro, ¡¡¡que bien que bien que bien!!! Tengo unas ganas enormes de leerlo. Estoy que me muerdo las uñas y no creo que aguante mucho más XD
ResponderEliminar¡Un besote!
PD. El relato genial, como siempre ^^
Mil gracias, Ana María.
EliminarSí, ya queda poco. En apenas un mes estará disponible.
Un beso
Genial el relato. Solo un pero. La escena final en la que se llevan el cadaver del ulldo muerto, yo la hubiera presentado mas fría. Creo que a los ulldos no les hubiera hecho ninguna gracia perder a uno de los suyos por ayudar a los humanos. Deberían estar muy enfadados.
ResponderEliminarSaludos de un fan de reinos de fantasía.
Muchas gracias por tus palabras, Joaquín.
EliminarEn el segundo de los libros, cuando nos centremos en el tema de los ulldos, verás que sus relaciones con los humanos no han sido tan fáciles.
Un saludo
Fantastico!!!!!!!!!!!!!!! XD
ResponderEliminarGracias, Fernando.
EliminarUn saludo
En tus relatos siempre se aprende algo bello.
ResponderEliminarLa historia es una oda a las relaciones entre los seres vivos, da igual humanos o no humanos. Ninguno somos perfectos y tenemos que aceptar a los demás como son porque nunca sabes cuando necesitaras su ayuda.
Te deseo un buen fin de semana.
Un fuerte abrazo.
Viole
Vaya, un comentario realmente hermoso, Violeta.
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado el relato.
Un abrazo y feliz fin de semana
Hola Miguel , me ha encantado la historia con esa manera sutil de desgranar los acontecimientos salpicada de intriga y fuerza en los detalles.Ha sido un placer descubrir tu blog para poder seguir leyéndote .Buen fin de semana.
ResponderEliminarUn Saludo.
El placer es mío por poder tenerte por aquí y contar con tus comentarios.
EliminarUn saludo
que historia mas emotiva.es una pena que tenga que morir al final, ojalá sirva para que se pierdan el miedo y puedan convivir como igiales.abrazos
ResponderEliminarGracias, Valeria.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado.
Un abrazo
Me ha encantado el final de la historia, es de los que te hacen pensar y recapacitar.
ResponderEliminarBuen relato!
Un abrazo
Gracias, Javier.
EliminarSiempre es un privilegio tenerte por aquí.
Un abrazo